*Nunca se había pronunciado un discurso así en la SCJN. *La oposición no la quería.
De la redacción
Como se preveía y lo temía la oposición, Lenia Batres Guadarrama se convirtió en una ministra incómoda al interior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Llegó al cargo por un error de la minoría senatorial: rechazó las dos ternas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador para designar a quien debería ocupar la vacante dejada por el ministro Arturo Zaldívar. Con ello, facultó al mandatario a designar directa y libremente a quien deseara.
Ya en la sesión en que asumió oficialmente el cargo, la nueva integrante del cuerpo de más altos funcionarios de la Corte, sometió a una demoledora crítica algunas decisiones tomadas por sus ahora pares. Destacó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación muchas veces no se subordina a la Constitución, sino que actúa como si la Constitución estuviera sometida a ella. Sostuvo que la SCJN es, no lo que señala la Máxima Norma, sino lo que dice la mayoría calificada de las ministras y ministros.
Batres Guadarrama cuenta con una sólida formación jurídica y experiencia en el tema, además de estar vinculada con las luchas sociales y militar abiertamente en la izquierda, como toda su familia. Sabe debatir y lo hace y pone en evidencia a sus pares derechistas.
Habló de los excesos de los ministros, quienes han llegado a usurpar funciones del Poder Legislativo, además de violar la Constitución en cuanto hace a sus ingresos, superiores a los del presidente de la República, lo cual prohíbe la Máxima Norma del país, cuya vigencia debe garantizar, precisamente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero la viola, les recordó a sus homólogos.
No obstante, lo que más irritada tiene a la mayoría de ministras y ministros es su rechazo a cobrar más de 600 mil pesos al mes y su petición oficial de que le asignarán una remuneración inferior a la del presidente Andrés Manuel López Obrador, como lo ordena la Constitución. Le rechazaron su petición, que incluía no asignarle gastos médicos mayores para ella y su familia, y decidió solicitar su afiliación al ISSSTE, como todos los servidores públicos, incluyendo al presidente. El peor ejemplo para ministras y ministros fue que devolvió el excedente de su sueldo base, para no violar la Constitución en esta materia, y así tener una remuneración inferior a la del mandatario. Anticipó que hará lo mismo con todas las prestaciones inconstitucional, mayores al sueldo base de 300 mil pesos mensuales.
Esto aumentará el ambiente hostil que padece, porque evidencia el abuso en salario de ministras y ministros y pone de manifiesto que quienes están obligados a velar por la vigencia de la Constitución, son los primeros en violarla, para su beneficio. La renuncia a sus ingresos y prestaciones desmesuradas no obligará a sus pares a hacer lo mismo, pero los desnuda como aferradas(os) a ingresos anticonstitucionales y dañará su imagen frente a la sociedad, que desconocía su rapacidad. Eso les duele.