COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
NO ES DELIRIO PENSAR EN UN PLAN OPOSITOR PARA
ANULAR LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL, SI GANA MORENA
La oposición y especialmente Joaquín López Dóriga, un periodista a su servicio y rabioso porque el actual presidente de la República no le quiso pagar los 260 millones de pesos que la dio el presidente Enrique Peña Nieto en su sexenio, reaccionaron con irritación a lo dicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre planes de la ultraderecha empresarial, sus brazos electorales: PRI, PAN y PRD y los grandes medios informativos para generar artificialmente condiciones que permitan anular la elección presidencial, cuando triunfe la candidata del partido en el poder.
Calificaron de grave el señalamiento, pero es que lo es ese plan, que inclusive esa posibilidad ya lo insinuó Xóchitl Gálvez, abanderada opositora, como también lo plantearon integrantes del cuerpo del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE). Fue claro el anuncio de que elaborarán y aprobarán un “cuadernillo” para la calificación de la elección presidencial del 2 de jumio próximo.
En esa especie de manual establecerán los actos y declaraciones del mandatario que pudieran introducir inequidad en la contienda electoral, en beneficio de la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum y en contra de la candidata del frente “Fuerza y corazón por México”, Xóchitl Gálvez. Ese cuadernillo sentará las bases para definir qué constituye acto o declaración causante de inequeidad en la contienda comicial.
Es evidente que está dirigido a aplicarse en caso de la previsible derrota electoral de la oposición, que desde antes del inicio de las campañas electorales gastó cientos de millones de pesos en la “guerra sucia”, para difundir lo de “narcopresidente” y “Claudianarco” desde granjas de bots ubicadas en el país y el extranjero, sin que ninguno, ni ninguna consejera reprobara ese juego sucio, prohibido expresamente por la legislación de la materia.
El INE cuando lo encabezó Lorenzo Córdova Vianello se comportó no como arbitro neutral, sino como opositor de Morena y del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador y claramente a favor del PRI y del PAN. De la misma forma actuó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) cuando lo presidió el filopanista Reyes Rodríguez Mondragón, quien fue subalterno y debe su carrera pública a Felipe Calderón Hinojosa: todas las decisiones relevantes las falló en el sentido de confirmar las decisiones del Instituto, y que perjudicaban abanderados de Morena. Por el contrario, revocó fallos que perjudicaban a opositores, como ocurrió en el Estado de México, al revocar la nulidad de elecciones donde las autoridades electorales administrativas habían encontrado de sobra causales de nulidad, pero confirmó la anulación en casos de planillas morenistas triunfadoras. De la misma forma, canceló candidaturas morenistas de gobernadores por causas mínimas.
La maniobra ilegal de Reyes Mondragón, correspondió también al Estado de México, al devolverle el registro al partido local Nueva Alianza del Estado de México (NAEM), cancelado por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y confirmado por el Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM), porque ese partido, aun con los votos que le regalaron priistas y panistas, sólo consiguió 2 por ciento de la votación válida. Necesitaba el 3 por ciento para conservar el reconocimiento oficial, como lo estable la legislación aplicable, pero consiguió revivir por la influencia del entonces presidente del TEPJF). Tiene registro con sólo el 66 por ciento de los sufragios que necesitaba.
En estas condiciones, y la misma reacción rabiosa de la oposición a la denuncia del presidente López Obrador, como si le irritara el señalamiento, por tener razón, indica que el plan de anular la elección presidencial, como lo hizo la autoridad penal y comicial guatemalteca en el el caso del ahora presidente Arévalo, existe y debe denunciarse.
