*En los últimos 18 años ni siquiera se habló del agravamiento de la situación.
De la redacción
(Segunda parte)
Las autoridades estatales y municipales dejaron de preocuparse por el problema creciente de la insuficiencia y contaminación del agua. Dieron por resuelta la situación para siempre, con la puesta en operación del Sistema Cutzamala, y descuidaron factores estratégicos para asegurar el abasto, según un análisis de “El Espectador” al tema.
Se desatendieron varios aspectos fundamentales para garantizar la disponibilidad del recursos hídrico superficial y subterránea, como la devastación de los bosques por tala clandestina y para cambio de uso de suelo, se construyeron colonias sobre zonas de recargas, se perdieron humedales, se sobreexplotaron y contaminaron los cuerpos de agua y mantos freáticos, ante la indiferencia e inacción de las autoridades.
En los últimos 18 años los gobiernos estatales nada hablaron del riesgo de llegar a la actual situación de emergencia en el servicio de agua potable. Se comportaron frente al fenómeno de la reducción del agua disponible en las fuentes como si se tratara de un problema menor. No escucharon voces altamente calificadas y preocupadas por la situación, las cuales alertaron desde hace 40 años lo que ahora se está padeciendo.
De haberse atendido, pot ejemplo, las advertencias del luchador social y ambientalista Roberto Gómez Navarrete sobre la destrucción de la naturaleza, que hacían posible la disponibilidad de agua suficiente para los mexiquenses, no estaríamos en emergencia, pero fue mal visto por las autoridades durante décadas.
Se atendió y benefició a ambientalistas simuladores, aplaudidores de las acciones de las autoridades. Optaron por desoír las advertencias e ignorar las condiciones adversas que se estaban configurando en los factores que hacen posible la disponibilidad del recurso hídrico.
Lo peor es que no se debatió el problema de la reducción de agua potable; al contrario, se autorizó la sobreexplotación de la subterránea por empresas embotelladoras y comercializadoras de agua potable, refresqueras y cerveceras, cuando la escasez del recurso hídrico ya era grave.
Pedro Moctezuma Barragán, secretario del Agua, propone sustituir agua potable por aguas tratadas en algunas actividades, combatir el robo, reparar fugas, sanear cuerpos de agua, rescatar humedales, captar y aprovechar aguas de lluvias, reforestar y recuperar bosques y fomentar una cultura de uso racional del recurso hídrico, según declaró a “El Espectador” hace unas semanas.
Estas acciones, útiles e indispensables, desafortunadamente, no tendrán efectos inmediatos, necesarios para contrarrestar la insuficiencia de agua en el presente estiaje. De todos modos, es positivo que exista percepción de la magnitud del problema y busquen resolverlo para el corto, mediano y largo plazo. En los tres sexenios no hubo preocupación, ni percepción de lo que ahora padecemos.