AGUILAR CAMÍN Y J. VILLALOBOS O EL INMENSO
PODER CORRUPTOR DE C. SALINAS DE GORTARI
MAXIMILIANO CASTILLO R.
En una reciente reunión con maestros míos, como lo hace con frecuencia, uno de ellos extraordinario reportero y compañero de Héctor Aguilar Camín en el diario “Unomásuno”, cuando era el mejor diario en español del planeta, se refirió a giro radical de sus posiciones ideológicas.
Narró que lo conoció cuando era un joven y brillante analista político, pero pobre. Era un hombre de izquierda proveniente del campo de la crítica literaria, y era ya doctor en historia, con mucho prestigio y protegido del intelectual Carlos Monsiváis, adversarios ideológicos ambos de Octavio Paz.
Todo cambió, sostuvo mi interlocutor, “cuando en la campaña de Miguel de la Madrid Hurtado por la presidencia de la República conoció a Carlos Salinas de Gortari, director de Instituto de Estudios Políticos y Sociales del PRI, quien junto con el mexiquense Francisco Rojas Gutiérrez, eran los dos hombres más poderosos de las tareas de búsqueda del voto”.
Mi maestro explicó que incurren en error quienes sostienen que Salinas de Gortari corrompió a Aguilar Camín cuando llegó a la presidencia de la República. Lo cierto es que lo hizo en esa campaña, y continuó haciéndolo cuando lo designaron secretario de Programación y Presupuesto, después candidato presidencial y titular del Poder Ejecutivo Federal, hasta que terminó y se enemistó con su sucesor, Ernesto Zedillo Ponce de León.
El ahora dueño de “Nexos” fue leal a Salinas de Gortari hasta el 30 de noviembre de 1994. Cundo ya nada podía obtener, se sometió a Zedillo, para seguir recibiendo ríos de dinero de la presidencia de la República, ante el enojo del exmandatario, que lo consideró traidor y malagradecido, lo cual explica la “filtración” de recados zalameros que el periodista y escritor le enviaba para pedirle dinero.
No le importó el coraje de Salinas, y continuó con sus altamente remuneradas reverencias ante Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, hasta que los ríos de dinero cesaron cuando llegó a la presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador. Abandonó su quema de incienso cuando se convenció que no obtendría beneficios económicos y se convirtió en un resentido opositor y mal profeta de desastres del actual mandatario.
El académico recordó que Aguilar Camín sostuvo que Morena perdería la mayoría en el Palacio Legislativo de San Lázaro y en el Senado de la República. Fue más allá y adelantó que el tabasqueño llevaría a una crisis económica y a un extremo empobrecimiento de la población, por lo que perdería la consulta nacional de revocación de mandato, “por pendejo”. Confundió sus deseos con la realidad y fracasó en todas sus predicciones.
Después, haciendo malabarismo con sus reflexiones, públicamente aseveró que Alejandra del Moral ganaría la gubernatura mexiquense. Tampoco ocurrió. Y ahora debe preocuparse Xóchitl Gálvez, porque Aguilar Camín anticipó que ganará la presidencia de la República, cuando todas las encuestas le dan en promedio 20 puntos de ventaja a Claudia Sheinbaum.
Mi maestro, de pasada, reconoció el inmenso poder corruptor que tuvo Carlos Salinas de Gortari, y como ejemplo mencionó el caso de Joaquín Villalobos, quien fue de los más radicales comandantes de la guerrilla salvadoreña “Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional” (FMLN). Logró cooptarlo y lo convirtió en una especie de asesor, por lo que si fue capaz de hacer esto, con la mano en la cintura corrompió a Aguilar Camín, quien siguió por su cuenta en ese camino hasta 2018.