*Son numerosas infracciones las que cometen los uniformados estatales, pero también los municipales.
De la redacción
La inobservancia del Reglamento de Tránsito en el Estado es generalizada, de manera especial en Toluca, su capital; pero lo peor es que incurren en ella quienes están obligados a cumplirlo y hacerlo cumplir; es decir, las policías de tránsito y los uniformados en general. Son quienes ponen el mal ejemplo en cuanto a violaciones a la norma para circular en las ciudades.
El arribo de nuevos gobiernos al estado y a su capital no ha modificado esta situación. Policías municipales de Toluca y estatales siguen igual. No se han percatado de que hay nuevas autoridades mexiquenses, con una forma distinta de hacer gobierno, y no han modificado su comportamiento frente a las disposiciones reglamentarias creadas para evitar accidentes.
El viernes de la semana pasada, poco después de las siete de la mañana, los ocupantes de una patrulla de la Policía Estatal, como es frecuente que lo hagan, se pasaron el alto del cruce de las avenidas Independencia y Sor Juana Inés de la Cruz. U conductor, quien informó a este espacio de lo acontecido, circulaba por la primera calle, y en la segunda en forma arbitraria e irresponsable una patrulla estatal no detuvo la marcha al tocarle el alto.
Circulaba también sobre Av. Independencia, a quien le tocó el verde correspondiente y no logró frenar ante la patrulla que continuaba su marcha. La bicicleta impacto el costado de la patrulla, a la altura entre la defensa y la llanta, el golpe fue fuerte, pero milagrosamente, por el impulso el joven que conducía la bicicleta dio una voltereta de 360 grados en el aire y cayó parado, con su medio de transporte dañado. Pero salió ileso, o cuando menos esa apariencia dejó a los automovilistas que presenciaron el accidente.
El secretario de Seguridad Pública del Estado de México, anunció hace poco que tiene como objetivo convertir a la corporación policiaca en la mejor del país, lo cual implica un descomunal reto, porque tanto las policías municipales como la estatal, no respetan siquiera el Reglamento de Tránsito.
Violan sus disposiciones, cuando por su condición de autoridades y específicamente, de seguridad y tránsito, son las más obligadas a respetarlas y hacer que se respeten y evitar accidentes de tránsito. Con frecuencia hacen todo lo contrario.
