COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
LA JUSTIFICACIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE BELTRONES
EN LAS PRIMERAS INVESTIGACIONES DEL CASO COLOSIO
Manlio Fabio Beltrones es uno de los dos políticos más cercanos e incondicionales del expresidente Carlos Salinas de Gortari. El otro es Emilio Gamboa Patrón. Ambos cogobernaron al país en nombre del ex mandatario en los sexenios de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, como lo reconoció el guanajuatense en su momento. Este año volverá a ocupar una posición de poder estratégica: tiene asegurada su vuelta al Senado de la República.
Es candidato a senador de mayoría y está como abanderado de representación proporcional. Se ve extremadamente dificíl que gane el estado de Sonora, y el candidato presidencial del Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez asevera que su partido lo derrotara en la lucha por el segundo lugar, que da derecho al escaño senatorial como primera minoría; es decir, Es decir, que el ex gobernador sonorense será relegado al tercer lugar en las urnas.
Aun siendo así, Beltrones alcanzará la senaduría por el principio de representación, plurinominal o de “lista”, como también le dicen y por su trayectoria y pertenencia al salinismo puro, no será un legislador del montón, sino uno muy influyente, si no es que coordina a sus pares correligionarios en la Cámara Alta del Congreso de la Unión, y desplaza de esa posibilidad al dirigente Alejandro Moreno Cárdenas, quien encabeza la relación de candidatos del tricolor al Senado.
A esta situación debe responder la defensa que muchos periodistas hacen del político sonorense. No quieren recordar, y critican a quienes lo recuerdan, el papel de Beltrones en las investigaciones ministeriales iniciales de la ejecución del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, de la cual se cumplirán 30 años el próximo sábado. No quieren que se mencione que éste fue de los que ilegalmente participaron en los primeros interrogatorios ministeriales la madrugada del 24 de marzo de 1994.
En este sentido, destaca el conductor de noticias de la cadena RadioFormula, Joaquín López Dóriga, quien hace unos días justificó la presencia de Beltrones Rivera en Tijuana la noche de la ejecución del candidato presidencial, con el argumento de que la víctima estaba sola en Baja California, un estado gobernado por el PAN y por eso Salinas de Gortari le ordenó al en esos momentos gobernador sonorense trasladarse al lugar de los hechos.
El problema es que un presidente de la República no puede ordenarle lo que debe hacer un gobernador y, menos, en una entidad federativa ajena e intervenir, con usurpación de funciones de ministerio público federal, para interrogar al entonces presunto asesino material, que no necesitaba ser torturado para confesar lo ocurrido, porque ya lo había hecho ante el delegado de la Procuraduría General de la República.
En primer lugar, Colosio Murrieta ya había muerto, y Tijuana estaba tomada por el gobierno federal. Un ejército de responsables de la campaña electoral del abanderado presidencial priista se encontraba en esa ciudad fronteriza, además de que estaba su propia esposa, Diana Laura Riojas, ya muy enferma, quien falleció 8 meses después. No había indefensión de la víctima, como quiso hacer creer el famoso periodista, convertido ahora en el más rabioso opositor del actual presidente de la República.
No le gusta a quienes fueron incondicionales del expresidente que se aluda siquiera a la presencia de Beltrones Rivera en Tijuana, para investigar legalmente lo ocurrido, lo cual prueba que en México existe fortalecido un salinismo, aunque Carlos Salinas de Gortari viva lejos del país.