*La brecha salarial es también un asunto pendiente de atender.
De la redacción
Las mujeres han logrado avances importantes en el terreno político y en presencia en los espacios de poder en los últimos 50 años, pero casi no lograron obtener el respeto debido en el ámbito intrafamiliar y en la relación de pareja.
Tampoco ha podido hacer realidad la igualdad en materia de salarios. El mandato constitucional de “a igual trabajo igual paga”, sigue siendo letra muerta cuando ya transitamos al primer cuarto del siglo XXI, destacó Juan Ramón Sandoval Carbajal, estudioso del tema.
En el mismo sentido, un análisis de “El Espectador” a la información sobre los 50 años de la instalación de la representación popular mexiquense en su actual sede, refleja ese avance de la mujer en cargos de elección popular.
En palabras de la política Yolanda Sentíes Echeverría, única mujer de la XLV Legislatura Local, en el trienio 1972-1975. Entre los 15 integrantes de esa Cámara, sólo ella era mujer.
En la actualidad suman 36 las curules ocupadas por mujeres en el Congreso Local, cuyo número total de miembros es de 75, y en el gabinete de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez casi hay paridad de género.
Por reforma constitucional, también el 50 por ciento de las candidaturas de los partidos deben ser para mujeres, por ello el avance en materia de paridad de género en el tema político y espacios para el ejercicio del poder es innegable.
Sandoval Carbajal destacó que “el problema de violencia contra la mujer al interior de los hogares, especialmente de sus parejas, viene de siglos, pero se había generalizado y normalizado que no se conocía en su verdadera dimensión, y esta situación no ha cambiado mucho en sentido favorable, y ahora se agregó el delito de feminicidio, que era esporádico antes, pero ahora es frecuente, desafortunadamente”, recalcó el también académico.
“Nadie se escandalizaba que un marido golpeara a su esposa y mucho menos motivaba a vecinos o conocidos denunciar las agresiones, y aun cuando no ocurren en la calle, como antes, la violencia de género contra mujeres por sus parejas no ha cambiado o mejorado muy poco”, recordó.
El conocedor del problema reconoció que resolver el problema de esta violencia no será fácil y mucho menos de inmediato, porque alcanzar ese objetivo pasa por la erradicación de una cultura machista y la construcción de una cultura de respeto a la igualdad de género, que debe cimentarse en la educación, especialmente desde el nivel preescolar.
“Lo que no se explica es la omisión de las autoridades para lograr la igualdad salarial de mujeres con los hombres, porque “a igual trabajo, igual salario” es obligación constitucional y legal, no a voluntad del patrón en la iniciativa privada o de los empleadores, en el sector público. Y este segmento poblacional discriminado no tiene voz, como si lo tiene el de las políticas, para denunciar la violencia política en su contra”, concluyó el entrevistado.