*Castañeda es partidario de que Xóchitl recurra a más “guerra sucia”.
De la redacción
Jorge Castañeda profundizó su desprestigio al recomendar públicamente, en vivo y en cadena nacional de televisión, que el equipo de campaña de la candidata presidencial opositora, Xóchitl Gálvez debería intensificar la campaña de desprestigio contra Claudia Sheinbaum, pero “una campaña sucia de verdad”, dijo. Consideró tibia la “campaña calumniosa, basada en mentira y su lema “#narcopresidente”, dirigida contra el presidente Andrés Manuel López Obrador y la abandera del partido en el poder a la presidencia de la República.
A su vez, el periodista y productor de televisión, Epigmenio Ibarra, en su colaboración semanal para Telefórmula sostuvo que los propagandistas de Xóchitl Gálvez la convirtieron en un personaje esperpéntico, irreconocible y contradictorio.
El experimentado informador y analista político forma parte del equipo de campaña de Claudia Sheinbaum, y por esa situación en las redes sociales lo consideraron como una especie de Jorge Castañeda, pero desde una posición de izquierda.
Ambos fueron severamente criticados por sus declaraciones, y los compararon y los presentaron como similares desde cada trinchera, lo cual es absurdo, porque no hay nada parecido en sus respectivas trayectorias políticas e ideológicas.
Jorge Castañeda es un hombre de sólida formación académica e inteligente, pero sin principios, ni congruencia ideológica, como lo prueba su interés en su época de joven en ser guerrillero idolatrar a Fidel Castro, para después ponerse al servicio de la campaña electoral presidencial del ultraderechista Vicente Fox Quesada.
Con el guanajuatense fue secretario de Relaciones Exteriores, y de ser anticapitalista se puso de “tapete” ante el gobierno estadounidense. En la Cumbre Extraordinaria de Las América, efectuada en Monterrey, en abril del 2002, para congraciarse con el presidente George W. Bush, maniobra para evitar que el mandatario del vecino país se encontrara con el líder cubano.
Aconsejó y convenció a Fox Quesada de que le pidiera a Castro que terminada una comida, antes de la llegada de Bush, regresara a Cuba. Con su torpeza característica, el entonces gobernante, se hizo bolas y no supo explicarle a su huésped lo que deseaba pedirle, y fue Castro quien le ayudó. Le dijo “quieres que me vaya de la Cumbre”, lo que fe confirmado por el mexicano.
Esa desafortunada actuación del guanajuatense se sintetizó en una frase que no dijo, pero era aplicable: “comes y te vas”. Castañeda fue el culpable, inclusive se vio obligado a invitar al dirigente cubano, porque era Cumbre Extraordinaria de Las Américas y no podía excluir a nadie, como lo hubiera deseado.
Después Castañeda tuvo un papel protagónico en la desastrosa campaña electoral de Ricardo Anaya, candidato presidencial del PAN y ahora aconseja calumniar “de verdad” a Claudia Sheinbaum y casi ruega que lo contraten para esa tarea.
Epigmenio Ibarra es un hombre de izquierda y su trayectoria política e ideológica es congruente. Así era cuando gobernaba la derecha en México y mantiene la misma posición ahora que la izquierda está en el poder, lo que lo hace respetable, contrariamente a Jorge Castañeda, que se hunde cada vez más en el desprestigio.