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Coordenadas Políticas – Macario Lozano – Operativos de Seguridad Urbanos, con Pobres Resultados

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COORDENADAS POLÍTICAS

MACARIO LOZANO R.

CONVENIENTE REVISAR ESTRATEGIA DE OPERATIVOS

DE SEGURIDAD DE ZONAS URBANAS: POCOS RESULTADOS

En tres megaoperativos de seguridad en las zonas urbanas de Ecatepec, Tlalnepantla y Chimalhuacán, en conjunto participaron cerca de dos mil elemento de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Guardia Nacional (GN), la Comisión Nacional Antisecuestro, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de México (SSEMP), agentes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) y otras corporaciones.

Dicho despliegue conjunto de fuerzas de seguridad federales y estatales fue impresionante, inclusive en unos casos contó con apoyo de un helicóptero. No obstante, los resultados fueron precarios. En los tres municipios de altos índices delictivos se capturaron sólo 145 presuntos delincuentes, de los cuales 57 correspondieron a Chimalhuacán, en donde los elementos de las corporaciones de seguridad fueron sólo 500. En todo caso, los supuestos malhechores fueron pocos.

Tal vez, como comentan algunos mandos de las fuerzas del orden sospechan, las acciones contra la delincuencia son “filtradas” a las organizaciones criminales, porque en estos tres grandes operativos no se encontraron y capturaron numerosos delincuentes peligrosos, pues se escondieron porque conocían de los operativos. La otra explicación sería que los mandos de la delincuencia organizada tienen muy bien estructurados sus servicios de “halconeo”, que les resultan eficaces en su encomienda de detectar y reportar movimiento de los operativos en contra de los jefes de la criminalidad.

De acuerdo con la información oficial, las acciones dieron prioridad a las colonias y fraccionamientos que padecen altos índices delictivos y de inseguridad pública, y fueron precedidos de un arduo trabajo de inteligencia. Los resultados han sido insatisfactorios, porque movilizar a dos mil elementos en tres operativos en zonas urbanas de tres municipios y capturar a 145 delincuentes de poca monta, no puede considerarse un éxito.

Más de la mitad de los detenidos lo fueron por delito contra la salud, pero lo volúmenes de drogas incautados son mínimos, como es reducido el número de armas de fuego. Los cateos a inmuebles detectados como sitios de venta y almacenes de sustancias tóxicas prohibidas no han arrojado los resultados que debieran, loque se explicaría, precisamente, por las “filtraciones” de información a la delincuencia organizada sobre los operativos para detener a mandos.

El Estado de México, además de la máxima expresión de la violencia: los homicidios intencionales, tiene su mayor problema en las extorsiones a comerciantes, pero en los tres últimos grandes operativos de las corporaciones estatales y federales no se capturó a jefes de las células dedicadas a este delito, uno de los de mayor crecimiento y de más altas cifras negras, porque las víctimas no se atreven a denunciar penalmente a quienes las extorsionan.

Se abstienen fundamentalmente por desconfianza a las autoridades, pues sospechan que las bandas criminales dedicadas a este delito en agravio de gente trabajadora y pacífica tienen protección de segmentos de las instituciones de procuración de justicia y seguridad pública. No es ocurrencia, pues el actual fiscal General mexiquense ha dado de baja a centenares de elementos de diversas áreas de la institución, por pérdida de confianza y por comprobárseles vínculos con la delincuencia, inclusive participar directamente en actividades delictivas organizadas, que hacía con armas y vehículos proporcionados por la propia FGJEM.

En los operativos en cuestión tampoco se detectaron y aprehendieron a jefes de las bandas de secuestradores, de sicarios, de trata de personas, lo que pone de manifiesto que se requiere revisar la estrategia y, sobre todo, identificar a quienes “filtran” información a la delincuencia relacionada con la presencia de fuerzas de seguridad, lo que explicaría la falta de resultados satisfactorios en esos grandes despliegues, que tampoco tienen efectos disuasivos, porque se efectúan y las fuerzas de seguridad no vuelven en la misma cantidad, por lo que 24 horas después de concluido un gran despliegue los delincuentes retornan a sus actividades criminales.

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