
*Cobra 300% más que los créditos de vivienda o para comprar vehículos.
De la redacción
El Nacional Monte de Piedad, considerado por mucho tiempo como el “banco de los pobres”, y no sólo por las condiciones económicas de quienes acuden a empeñar prendas, sino también por los bajos intereses que cobraba hace unas décadas, ha renunciado a su vocación altruista.
La institución centenaria, fundada en 1775; es decir, hace 249 años estuvo cerrada más de un mes por una huelga de sus trabajadores, quienes se opusieron a la modificación en su perjuicio de sus condiciones de trabajo.
Desde hace unos años aduce que tiene problemas para continuar y que corre riesgo de desaparecer, lo cual pocos entienden, porque ahora la considerada Institución de Asistencia Privada cobra intereses exagerados por sus préstamos.
La tasa de interés se aproxima al 50 por ciento anual, casi el doble de cuanto cobran por sus financiamiento al consumo mediante tarjetas varios bancos, que son las más altas en el mercado del dinero en México.
El Patronato que controla al Nacional Monte de Piedad aduce que el contrato colectivo de trabajo es demasiado costoso, por las condiciones y prestaciones colaterales excesivas.
Trató de modificarlo en la revisión de este año, y ello motivó la resistencia de los trabajadores y el emplazamiento a huelga, para impedir lesiones a sus derechos laborales ganados en años de lucha.
Previo al emplazamiento de huelga y al estallido de la misma los trabajadores denunciaron mediante carteles pegados en las sucursales de la institución el intento del Patronato de suprimir prestaciones en el compromiso contractual.
Al mismo tiempo sostuvieron que hay mala administración con grandes beneficios para los directivos, nada comparables con los de los asalariados, situación a la cual atribuyeron los problemas económicos de la institución.
Lo cierto es que el Nacional Monte de Piedad, que llegó a tener 324 sucursales (se ignora cuántas sobrevivan ahora) en todo el país, pero especialmente en la Ciudad de México, donde tiene su matriz, cobra ahora tasas muy altas a los pignorantes, como se le conoce a quienes obtienen préstamos con garantía prendaria.
La tasa supera los 48 por ciento anual; es decir, un 300 por ciento sobre lo que cobran los bancos por sus préstamos a la vivienda. El altruismo desapareció, pues con esos réditos no apoya a la población más pobre.
Sigue siendo el “banco de los pobres”, por las condiciones de pobreza de sus deudores, pero no por la asistencia social que en teoría les proporciona en caso de problemas urgentes. Habrá que esperar para ver cómo se comporta el Nacional Monte de Piedad en su reapertura después de la huelga, que duró más de un mes y afectó a sus sucursales.