
*En los últimos 6 años han ocurrido numerosos accidentes en talleres de pirotecnia.
De la redacción
En julio de 2018 ocurrió uno de los mayores accidentes en polvorines de talleres artesanales de pirotecnia en el Estado de México. En Tultepec, el mayor centro de esta actividad, una explosión en un almacén de pólvora ocasionó 17 muertos y 31 heridos, muchos de ellos de gravedad.
Habitantes de ese municipio mexiquense aseveran que las víctimas mortales fueron más, porque algunos heridos fallecieron en los hospitales, pero no fueron contabilizados como víctimas del accidente.
Las autoridades de entonces ofrecieron tomar medidas, como modificaciones a la legislación y reglamentos aplicables, y una mayor actividad de supervisión en los talleres y polvorines.
De la misma forma se ofreció una mayor capacitación de los artesanos dedicados a la producción de pirotecnia, sobre manejo del material exclusivo y sobre las medidas de prevención que deberían tomar.
El primer miércoles de este mes volvió a ocurrir otro siniestro en la zona de polvorines y talleres de San Mateo Tlalchichilpan, perteneciente a Almoloya de Juárez, con resultado de dos personas fallecidas. En esa misma zona han ocurrido otros accidentes, con personas muertas y heridas.
Desde aquel siniestro de julio del 2018 en Tultepec han sido numerosos los casos de este tipo, aunque no con el mismo saldo. Han fallecido artesanos o resultado heridos en varios accidentes en ese municipio, pero también de Zumpango.
De la misma manera han estallado almacenes o bodegas de pólvora en Axapusco, Ozumba, Tianguistenco, Almoloya de Juárez y Melchor Ocampo, además de accidentes en muchas ferias de los santos patronos de los pueblos.
Antes eran más estos accidentes con cohetones en las festividades religiosas que en polvorines y talleres artesanales de pirotecnia, pero ahora es al revés, porque aparentemente se tomaron y respetaron las medidas para evitar estos problemas en las procesiones, con la participación de autoridades católicas.
Las autoridades estatales de la materia informaron en su momento que los accidentes con juegos pirotécnicos en las ferias y festividades comunales eran por grandes descuidos en la manipulación de los cohetones, pues los encargados del lanzamiento de los mismos los encendían con cigarro, así, en las procesiones en una mano llevaban el explosivo y en la otra el cigarro prendido, con resultados desastrosos.
Después de lo de julio de 2018 en Tultepec las autoridades aseveraron que el problema había crecido por el empleo de materia prima, especialmente la pólvora, importada de china, con mayor potencia y poder destructivo, pero ello se iba a resolver. Se ignora qué pasó con las medidas.