EVADEN EXAMINAR EN DEBATE
DE PENSIONES PAPEL DE ZEDILLO
PRIVATIZAR PENSIONES ALIGERÓ TEMPORALMENTE
CARGA DEL GOBIERNO, PERO AHORA DEBE GASTAR
La oposición debatió en forma acalorada, inclusive con mentiras la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, destinada a rescatar a los trabajadores que comenzaron a laborar y a cotizar para su retiro a partir del primero de julio de 1997, y que 27 años después de la reforma impulsada por el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, tienen amenazado su bienestar tan pronto se jubilen.
El ahora exmandatario privatizó el sistema pensionario de los trabajadores al servicio de empresas de la iniciativa privada. Buscó liberar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la carga representada por el creciente monto de fondos públicos necesarios para otorgar pensiones a una población jubilada, cada vez más numerosa también.
Logró su objetivo en cuanto hace a los compromisos del organismo con la futura población jubilada, pero a costa de generar condiciones de miseria para los trabajadores que se jubilarán a partir del 2027. De no haberse reformado la citada legislación en el 2020, que redujo sustancialmente las altas comisiones que cobraban las empresas privadas administradoras de los fondos para el retiro, el monto de las pensiones equivaldrían al 30 por ciento del último salario como personal activo.
Ya en otras ocasiones “El Espectador” ha examinado esta situación generada por Ernesto Zedillo Ponce de León. Esa merma, superior al 70 por ciento iba expresarse en las condiciones de vida y niveles de bienestar de millones de mexicanos ya adultos mayores y sus familiares dependientes.
Fue criminal lo aprobado por Zedillo Ponce de León, porque un asalariado con ingreso de 10 mil pesos mensuales iba a afrontar sus gastos con una pensión de 2 mil 700 pesos en ese período; es decir, con el 27 por ciento de su último ingreso y con exigencias de gastos por 10 mil pesos.
No es difícil imaginar las condiciones de vida de una persona adulta mayor, un alto porcentaje con enfermedades crónicas degenerativas, obligada a vivir con tan poco dinero. Cuando ya por su edad no podría obtener un nuevo empleo e ingresos, Zedillo Ponce de León la condenó a la miseria en 1997.
En la actual polémica sobre el sistema pensionario privatizado tampoco se toca a un protagonista que permitió desmantelar el sistema público de pensiones: los dirigentes del movimiento sindical; es decir, de las grandes centrales obreras y sindicatos nacionales.
Guardaron absoluto silencio. No se opusieron a la reforma zedillista, ni buscaron atenuar sus efectos más perniciosos, por lo que traicionaron a sus representados y sus intereses. Se convirtieron en cómplices del insensible y antisindicalista presidente, quien sólo benefició a las empresas de la iniciativa privada que manejan los fondos para el retiro de los asalariados, en detrimento de un universo laboral que entonces rondaba los 18 millones de personas. Nada de eso fue el centro del debate Todo se centró en que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador supuestamente quería robarse el dinero de los trabajadores administrados por las AFORES, lo cual no era, ni es cierto, mientras quien generó el gravísimo problema, Ernesto Zedillo Ponce de León ,no se le ha condenado ni condena.