*El caso se ha prestado a la especulación.
De la redacción
Lo ocurrido realmente en Morelos con el obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, no se conocerá. El personaje aclaró que no presentará denuncia penal y que perdona a quienes lo dañaron, además de que no hará declaraciones respecto de su supuesta desaparición, secuestro exprés y daños a su salud.
La desaparición del jerarca del clero fue aprovechada por la propia Iglesia Católica para criticar a los gobiernos morelense y federal, porque la atribuyó a los altos índices de inseguridad pública, que las autoridades no combaten y erradican; es decir, el obispo Rangel habría sido víctima por culpa del gobierno.
La alta jerarquía de la Iglesia Católica mexicana politizó el caso, porque su imputación indirecta fue a las autoridades, al menos declarativas, el clero acusó sin prueba alguna. Fueron sus dichos, utilizados por los opositores para atacar al gobernador con licencia, Cuauhtémoc Blanco; y al presidente Andrés Manuel López Obrador, los que le dieron carácter político.
Como se recordará, en la desaparición del obispo Salvador Rangel no hubo privación ilegal de la libertad por parte de la delincuencia organizada, ni común. El obispo emérito fue encontrado en una habitación de un hotel de Jiutepec, al cuál ingresó voluntariamente en compañía de otro hombre.
El acompañante abandonó después habitación y hotel, dejando al religioso presumiblemente drogado con cocaína. Los análisis toxicológicos también encontraron una sustancia de pastillas conocidas como viagra. Fue llevado a un hospital público y después a otro particular, de Cuernavaca. De ese fue dado de alta, pero no quiso ya declarar a las autoridades, ni a los medios informativos, por ello nunca se sabrá lo que realmente ocurrió en este caso.
Ahora el clero demanda no politizar el caso, cuando fue quien lo politizó con fines de desprestigiar al gobierno federal. Demandó respeto a la privacidad e imagen del obispo Rangel, quien desde varios meses se convirtió en protagonista y figura nacional al difundir en los medios informativos de cobertura nacional; sobre todo, los electrónicos, sus negociaciones con grupos criminales que operan en Chilpancingo para que firmaran un pacto para la paz.
Abogados debaten sobre si es pertinente y legal la decisión del obispo de no denunciar los supuestos delitos de que fue víctima, dado que por ley cualquier persona que tenga conocimientos de un delito debe denunciarlo a las autoridades competentes, porque de no hacerlo incurren en el delito de encubrimiento.