SCJN DEBE FIJAR UNA CLARA
POSICIÓN ANTE ELECCIONES
GRAVE DAÑO LE HA HECHO A SU IMAGEN EL
COMPORTAMIENTO DE LA MINISTRA PIÑA
Las exigencias institucionales que plantea la elección presidencial más importante desde la consolidación de la Revolución Mexicana, parecen no ser entendidas por todos los responsables de conducir los destinos de las instituciones, de ello el mejor ejemplo es el de la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández.
Nadie entiende esa absurda decisión de reunir a quienes calificarán la elección presidencial, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, envuelto en nuevos escándalos en los últimos días.
Menos puede haber explicación lógica a hacer esa junta en la noche, en un domicilio particular, por más que se haya tratado de la mansión del ministro José Luis González Alcántara Carrancá, localizada en las Lomas de Chapultepec, de la capital de la República.
Los fallos de jueces, magistrados y ministros contrarios al interés general, y su empeño en colocarse por encima del Poder Legislativo, como ese intento de la Suprema Corte de Justicia dela Nación de derogar, sin tener facultades para ello, la figura de la prisión preventiva aun cuando se trate de delincuentes peligrosos, genera preocupación en amplios sectores informados.
Esa medida echaría a las calles a más de 68 mil reos peligrosos, procesados en prisión por delitos como homicidios, secuestros, trata de personas, feminicidios, violación, narcotráfico, portación de armas de fuego de alto calibre, cartuchos y explosivos, miembros y mandos de la delincuencia organizada.
El anuncio fue tan mal recibido que todas las gobernadoras y gobernadores de los estados del país y de la Ciudad de México, incluidos los del PAN y Movimiento Ciudadano, se manifestaron en un desplegado en contra de esa decisión, lo cual habla de que el máximo tribunal constitucional actúa y percibe un mundo irreal.
Ahora agrega esa reunión con un dirigente partidista con los magistrados que tendrá en sus manos declarar la validez o invalidez de las elecciones federales y locales, pero fundamentalmente de la presidencial, en cuya lucha la candidata de la izquierda lleva amplia ventaja.
No es difícil llegar a la conclusión de que si la reunión fue en una cena, en una residencia particular, indica algo turbio, porque bien pudo efectuarse esa junta en las instalaciones de la propia Corte, lo cual podía haber generado críticas, pero no las sospechas de la participación de la ministra presidenta en la lucha por los poderes Ejecutivo y Legislativo federales.
De paso, exhibió al ministro José Luis González Alcántara Carrancá como poseedor de una mansión en una lujosa y cara colonia, donde viven banqueros, grandes industriales, comerciantes y hasta jefes del narcotráfico. Poco sentido común y prudencia mostró Piña Hernández.