*Su mejor delantero anotó 6 goles en 19 partidos; fallan mucho.
De la redacción
La afición de “Los diablos” del Toluca volvió a quedar decepcionada por el fracaso del club en la liguilla, de donde fue eliminado por el Guadalajara, cuando el buen cierre que tuvo de la temporada regular hizo esperar que llegara y ganara la final.
El optimismo siguió aún después de perder frente a las Chivas en el juego de ida, en el estado de ésta, porque la derrota fue de solo un gol, desventaja remontable con frecuencia en el futbol mexicano.
Su mejor posición de la tabla general después de las 17 jornadas de la fase regular le permitió cerrar la serie en su cancha, donde la mayoría de sus seguidores espera que venciera al popular antes llamado “rebaño sagrado”.
Mas alentaba a sus seguidores el hecho de que por esa misma posición en la tabla le permitía pasar a la semifinal con un solo gol; es decir, con un triunfo por la mínima diferencia, pero su delantera fue incapaz de conseguir ese gol salvador.
El marcador de cero a cero significó la eliminación del equipo de Valentín Díez Morodo y la frustración de los aficionados de los conocidos también como “Los choriceros” del Toluca.
El resultado de la serie eliminatoria con el Guadalajara resultó todo lo contrario de lo esperado. En los casi 200 minutos de juego, incluyendo los tiempos de compensación, por ningún lado se vio ese equipo anotador de muchos goles.
En su descargo debe decirse que tampoco apareció el club que recibe muchos goles, pues en los dos encuentros con Chivas sólo en una ocasión el balón entró a su meta, aunque con esa única anotación bastó para la eliminación.
Fue entendible la decepción, porque el Toluca no fracasó en la liguilla, sino que con esta eliminación acumuló 28 torneos sin ganar el título. Se esperaba que la sequía terminaría en esta primavera, parafraseando una popular canción.
En otros fracasos había explicación porque el equipo Toluca carecía de varios buenos jugadores, pero en el actual torneo cuenta con futbolistas que en el papel parecen buenos, aunque no lo acrediten en la cancha.
Frente al Guadalajara jugaron sin ganas vehementes de ganar, como si los jugadores se dieran por satisfechos con terminar bien la fase regular. Ni en el partido de ida, ni el de vuelta, en su casa, los futbolistas dieron muestras de aspirar al título. Les faltó enjundia, y por eso no llegaron a las semifinales.
Los dueños deben hacer una reflexión autocrítica, para encontrar las causas del nuevo fracaso. Hay jugadores que claramente no se ven preocupados cuando pierden, prueba de que les da lo mismo triunfar que sufrir derrotas.
Es de esperar y desear que al terminar el próximo torneo no estemos comentando aquí del fracaso 29 del Toluca en los torneos, y que den alegría a una afición que es leal y espera satisfacciones.