*Los capitales especulativos solo obedecen la lógica de la ganancia.
De la redacción
Por si quedaba alguna duda del inmenso e inconveniente poder que ha acumulado el capital financiero mundial, lo ocurrido al peso y a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) esta semana es un ejemplo claro del riesgo que implica este fenómeno ya viejo, pero que se agudizó en los últimos años; sobre todo, desde la aparición de la pandemia de Covid-19.
La casi segura obtención de Morena y sus aliados de la mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso de la Unión será resultado de la libre decisión de la voluntad de cerca de 35 millones de mexicanos, expresada libremente en las urnas.
En estas condiciones, el capital especulativo mundial no puede, ni debe tener poder para reprobar y expresar en el mercado cambiario y accionario de ningún país, pero desafortunadamente puede hacerlo. Es grave, porque en la práctica una entidad o comunidad financiera trasnacional pueda castigar a la moneda y a la bolsa de valores de una nación, por haber sufragado en las urnas a favor de tal o cual partido, candidata o candidato, o decidido determinada composición de su representación popular nacional. Eso es delicado.
Ayer tuvo que salir a dar un mensaje el secretario de Hacienda y Crédito Público Rogelio de la O, para calmar el nerviosismo que ocasionó o tomaron como pretexto los especuladores financieros de nivel planetario para afectar al peso y la BMV, por la voluntad popular de los mexicanos en las elecciones legislativas federales.
