*La votación permitirá que numerosos cuadros accedan a curules y escaños sin el menor desgaste de las campañas.
De la redacción
La candidata opositora derrotada volvió a su cómodo y elegante sillón en el Senado de la República. Fue criticada al tomar esta decisión, pero también hay quienes defienden su decisión y la atribuyen a su certeza de que el 30 de agosto perderá su espacio de poder, pues al día siguiente se instalará la nueva legislatura, de la cual ya no formará parte.
Ahí estarán, en cambio, los dirigentes nacionales de los partidos que la apoyaron: PAN, PRI y PRD, quienes fueron incapaces de concitar el respaldo para su candidata presidencial y hacer menos catastrófica su derrota frente a la morenista y exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, Caludia Sheinbaum.
Xóchitl Gálvez es muy rica, por lo que como candidata presidencial derrotada no tendrá problemas económicos, pero políticamente está destinada a la irrelevancia, porque ni siquiera podrá ser candidata a un cargo de elección popular en menos de tres años, pues antes de ese lapso no se efectuarán elecciones.
Los dirigentes nacionales del PAN, Marko Cortés; del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas; y Jesús Zambrano Grijalva, del PRD, a pesar de su desastroso desempeño, como lo prueba el desastre electoral de la coalición que integraron sus partidos, serán senadores a partir del primero de septiembre próximo.
No se expusieron a perder en elecciones de mayoría; se aseguraron los escaños al colocarse en el primer lugar de la lista de cada partido de candidatos por el principio de representación proporcional. Los tres llegarán al Senado de la República, aunque el caso del exguerrillero de la “Liga 23 de septiembre” y ahora fanático de la derecha, pudiera no alcanzar el cargo, porque su partido está en riesgo de perder el registro.
Si no alcanza el 3.0 por ciento en cualquiera de las tres elecciones presidenciales, el PRD dejará de existir y no tendrá derecho a cargos de representación proporcional, ni a prerrogativas. El propio Zambrano expresó su confianza en que con los votos anulados, el porcentaje de su organización política se eleve y llegue al 3.0 por ciento, indispensable para sobrevivir.
En cambio, Xóchitl Gálvez se quedará con las manos vacías y sus empresas quedarán expuestas a no recibir ya contratos del poder público, porque ella no tendrá ya influencia política y, menos, en el gobierno federal, dado que insultó y calumnió en forma irresponsable a su vencedora, a quien no bajó de “narcocandidata”.
