
*Grandes empresas utilizan las donaciones altruistas para no pagar impuestos.
GABRIEL L. VILLALTA
Sorprendió el “Grupo por un país mejor”, al revivir una vieja aspiración de la alta clase empresarial: la de elevar el porcentaje de la deducibilidad de las donaciones a las asociaciones de asistencia privada, de beneficencia.
Esa organización empresarial lanzó su propuesta 4 días antes de la jornada de votación del pasado día 2, y a 4 meses del fin del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien concluirá su período constitucional el 30 de septiembre próximo.
La deducibilidad de las donaciones a fundaciones o asociaciones de asistencia social es un mecanismo que, en teoría, busca la participación de los más ricos en la atención a necesidades de los más pobres, con dinero de sus utilidades. No obstante, en la práctica se convierte de facto en un mecanismo para la defraudación fiscal, porque el dinero aportado se contabilizan como gasto en el siguiente ejercicio fiscal del año en que se concretaron, para fines de deducción de impuestos..
El “Grupo por un país mejor” pidió que el actual porcentaje de utilidades que una empresa o ingresos de personas físicas pueden donar a organizaciones de asistencia social se eleve del actual 7.0 por ciento al 25.0 por ciento.
Dicho aumento propuesto en la deducibilidad de impuestos equivale al 260 por ciento, pero el problema es que el sistema de deducibilidad de donaciones de este tipo es utilizado por grandes empresas y personas físicas con actividades empresariales para evadir impuestos.
Muchas veces esas donaciones no se hacen, pero las compañías o personas físicas consiguen constancias de sus aportaciones, cuyos monto se toma como un gasto de las empresas o de la persona física con actividades profesionales o empresariales, lo cual reduce los pagos al fisco.
Grandes corporaciones empresariales creaban y crean asociaciones de asistencia privada, para en papel ayudar a los segmentos poblacionales vulnerables, pero distorsionan y aprovechan la figura de deducibilidad de las donaciones para simular gastos y reducir impuestos.
De esta forma inflan gastos y al año siguiente los no hechos o efectuados por cantidades mucho menores les permiten reducir los montos de sus impuestos sobre ganancias, en una clara maniobra con fines de defraudación fiscal.
Llama la atención que el “Grupo por un país mejor” haya lanzado su propuesta cuando el sexenio está por terminar, e indica que la presión está dirigida a las próximas autoridades federales hacendarias, quienes iniciarán su gestión el primero de octubre y conducirán los destinos del país hasta el año 2030.
Las grandes empresas y personas físicas con actividades empresariales o profesionales que hacen donaciones, en la actual legislación fiscal sólo pueden donar a las asociaciones de asistencia privada el 7.0 por ciento de sus ganancias.
Finalmente, la propuesta en cuestión quiere elevar la deducibilidad de estas aportaciones hasta la cuarta parte del monto de las utilidades de los donantes, y permitiría evadir más impuestos, cuando el gobierno busca elevar sus ingresos con el combate a cualquier forma de evasión o elusión en el pago de impuestos sobre ganancias.