*Su conducta poselectoral ha decepcionado incluso a sus detractores.
De la redacción
La ex candidata presidencial opositora, Bertha Xóchitl Gálvez, ya sea porque las fuerzas económicas que la impusieron la obliguen a desmentirse y contradecirse o por iniciativa propia, lo cierto es que parece empeñada en confirmar que no tenía empaque para ser mandataria federal. Durante la campaña difundió masivamente grandes y delicadas mentiras, sin presentar una sola prueba, contra el presidente Andrés Manuel López Obrador y contra la candidata de la alianza “Sigamos haciendo historia”, Claudia Sheinbaum, ahora presidenta electa.
El do de junio, la noche de la jornada de votación, salió a decir que había triunfado, lo cual no sólo era falso, sino que había sido aplastada en las urnas, derrotada por más de 30 puntos porcentuales por su adversaria, y ese resultado era mucho peor al anticipado por las encuestas sobre preferencia electoral.
Xóchitl Gálvez también anunció un triunfo contundente de Santiago Taboada en la lucha por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. En realidad éste también había perdido claramente frente a la morenista y abanderada del partido en el Poder, Clara Brugada. También sostuvo que su coalición había ganado Yucatán, Veracruz y Morelos. tampoco había sucedido así.
Después, reconoció el triunfo de su adversaria y hasta le llamó para desearle éxito, porque eso beneficiaría al país. No obstante, después anunció que impugnaría toda la elección, en otra “vuelta de tuerca” a su pérdida de credibilidad y, lo más grave, a la creencia de que no estaba preparada para ser presidenta de la República y conducir los destinos del país.
Ahora ha ido más allá y denunció que el crimen organizado participó y decidió los triunfos de los partidos que la apoyaron, lo cual es irresponsable, porque los grupos criminales no pudieron intimidar y convencer a casi 36 millones de mexicanos para que apoyaran a Claudia Sheinbaum; sobre todo, porque las regiones donde hay más grupos delictivos aportan pocos votos a la votación general del país.
Mal asesorada, Xóchitl Gálvez ha hecho todo lo contrario de lo que el sentido común, el momento y las condiciones poselectorales recomendaban a una candidata opositora derrotada, como lo muestran estos ejemplos de los muchos yerros que cometió antes, durante y después de la jornada de votación.