PRÓXIMA PRESIDENTA: RETO
DE NO FALLAR A 130 MILLONES
COMPROMISO DE LA PRÓXIMA PRESIDENTA:
NO SÓLO CON MORENISTAS; SINO CON TODOS
El voto popular da legalidad y legitimidad a quienes triunfan en los sistemas democráticos, como el que se está consolidando en México. Y entre más alto sea el respaldo ciudadano expresado en las urnas en favor de determinado candidato o candidata y su partido, mayor es su fortaleza política, electoral e institucional frente a los desafíos representados por los adversarios ideológicos y los poderes fácticos.
Desde esta perspectiva, la votación récord lograda por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, Morena y sus aliados minoritarios, constituye un factor de importancia estratégica para sus propósitos de consolidar, ampliar y profundizar los objetivos de la cuarta transformación, para lo cual cuenta con el respaldo de cerca de 36 millones de electores, aunque debe gobernar y no fallarle a todos los mexicanos.
La próxima mandataria, primera mujer en la historia nacional en conducir los destinos del país, conjuga una sólida formación académica en el campo científico con la sensibilidad y experiencia directa en la lucha social desde su época de adolescentes, pasando por su juventud y madurez.
Tiene buenos antecedentes en cargos ejecutivos derivados de elecciones populares, no es improvisada. Gobernó bien a la Ciudad de México, asiento de los poderes de la unión y el principal centro educativo, económico y cultural del país, sin tener señalamientos de mal manejo de más de un billón 200 mil millones de pesos ejercidos durante su gestión como Jefa de Gobierno.
Por estos antecedentes políticos y administrativos, y por el alto respaldo popular que consiguió en las urnas el primer domingo de junio, Claudia Sheinbaum Pardo está más obligada a no fallar a la confianza ciudadana. Su reto es hacer un gran gobierno, mejor al del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque no comenzará de cero, como el de éste, sino desde una sólida base de logros institucionales.
Para ello cuenta con capacidad y un equipo de colaboradores sólidos, si bien no todos provienen de las luchas políticas, sociales y electorales. A los mexicanos les interesa que la primera mujer presidenta de la República mantenga la política pública de “por el bien de todos, primero los pobres”, aplicada en los últimos 6 años.
El amplio respaldo popular le permitirá igualmente resistir y superar los nuevos y fuertes embates de la ultraderecha “empresarial”, que en estricto sentido no es empresarial, sino un grupo que de 1982 al 2018 concentró el ingreso nacional, por el saqueo al erario y el apoderamiento de los bienes de la nación.
Esos poderes fácticos no cederán en su empeño de recuperar privilegios y negocios contrarios a los intereses de la nación, a los cuales sólo se les puede enfrentar y derrotar con el apoyo consciente y firme de la mayoría de los mexicanos, quienes expresamente manifestaron en los sitios de votación sus deseos de tender prioridad en las acciones de la máxima autoridad federal.