COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
VULNERABLES, GOBIERNOS NACIONALES FRENTE
AL PODER DESCOMUNAL DEL PODER FINANCIERO
El sólo anuncio de que los electores mexicanos pudieron darle la mayoría calificada a Morena y sus aliados en las dos cámaras del Congreso de la Unión el 2 de junio, y la declaración de un diputado de las posibilidades abierta de aprobar las reformas constitucionales, especialmente la del Poder Judicial Federal, fue suficiente para que el capital financiero, especialmente el especulativo arremetiera contra el mercado de cambios y accionario.
La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) perdió de entrada más de 6 por ciento, mientras el peso llegó a los 18.4 pesos por dólar el viernes 7. Los conductores de noticieros electrónicos; sobre todos, los de las cadenas nacionales de televisión, impulsores de la candidata derrotada, estaban radiantes por la mala noticia citada.
Mucha alegría les ocasionaba. Su estado de ánimo era distinto al de la noche del domingo 2, cuando se dieron a conocer los resultados preliminares de la elección presidencial. Entonces sus rostros desencajados hacían temer un ataque cardiaco simultáneo y a cuadro en los noticieros, que no pudieron silenciar, aunque con toda el alma habrían querido que fuera al revés.
No percibieron la gravedad de la noticia que dieron con regocijo, pues independientemente de la posibilidad de una recuperación total o parcial de la pérdida de nuestra moneda, lo delicado es comprobar el brutal poder del capital financiero mundial, especialmente su versión especulativa.
Debería preocuparnos a todos la vulnerabilidad de los gobiernos nacionales frente a los dueños del dinero mundial, destinado a prestarle a los Estado nación, a las empresas y a las familias de todos los niveles de ingresos. Sobre todo, porque pueden generar turbulencias financieras, dañar la economía y a la población cuando los poderes constituidos ejercen sus facultades constitucionales y toman decisiones en favor del interés general y a ese poder fáctico financiero no le gusta.
La reacción y consecuencias de la embestida contra nuestro signo monetario y el mercado de acciones resultan preocupantes, porque se trató de intimidar y anular al Congreso de la Unión. Es injerencia en uno de los poderes del país; es decir, si los votantes decidieron darle mayoría calificada al partido en el poder y sus aliados, no puede y no debiera el capital financiero tratar de impedir mediante un ataque al peso y la BMV que ejerzan su facultad constitucional de legislar en el sentido que lo consideren conveniente para los mexicanos.
De verdad, parafraseando a los que en el 2006 le hicieron campañas de desprestigio al presidente, “son un verdadero peligro para México” y para todos los países del mundo, porque tienen una fuerzas descomunal hasta para desestabilizar gobiernos y países, y sólo por mezquindad, inclusive ruindad, un mexicano puede alegrarse por esa demostración de poder transnacional.
La próxima presidenta de México, como ocurre con el saliente, cuenta con la gran ventaja de que asumirá el cargo con un enorme respaldo popular, lo que le da alta legitimidad y fortaleza, que necesitará para neutralizar o atenuar la rapacidad del capital financiero mundial; sobre todo, el especulativo, que no tienen nacionalidad.