*Henry Martín anotó 7 goles en 17 partidos. *El Piojo Alvarado, uno cada 6.
De la redacción
Durante uno de los partidos de la selección mexicana de fútbol en la Copa América, un cronista se desgañitaba exigiendo al entrenador Jaime Lozano que metiera a jugar a Roberto “Piojo” Alvarado.Sostenía que era un delantero (en realidad es medio campista ofensivo) fuera de serie e inexplicablemente lo estaban desperdiciando en la banca. Lo ponía casi a la altura de Lionel Messi.
Lo cierto es que el jugador del Guadalajara tampoco era la salvación del representativo mexicano, pues las estadísticas y la posición de su equipo en los últimos torneos no justifican los excesivos elogios. En 98 partidos que llevaba jugando con “Chivas” hasta antes de iniciar el actual torneo, había anotado 18 goles; es decir, uno cada 6 encuentros. Esos resultados no dan para considerarlo un gran atacante, como lo sostenía el cronista deportivo.
Otro caso de excesivos de inmerecidos elogios es el de Henry Martín, delantero del América. Los narradores de partidos para los canales de Televisa lo ponen casi a la altura del brasileño Vinicius jr. Lo cierto es que el atacante anotó apenas 7 goles en los 17 partidos del anterior torneo.
Estos son claros ejemplos del gran problema que tiene la selección nacional, de cara al mundial del 2026, del cual México será una de las sedes. Es decir, apenas quedan dos años para formar grandes delanteros.
Santiago Jiménez es buen delantero, pero parece que su caso es el de otros que son buenos en sus equipos y no se consolidan en la selección. Pocos recuerdan cuándo fue el último gol que anotó el hijo del Chaco Jiménez con el seleccionado nacional.
Raúl Jiménez, que tenía facultades físicas y técnicas para ser un gran delantero, sufrió una fractura de cráneo y desde entonces ya no volvió a ser el mismo. El nacionalizado Julián Quiñones es buen jugador, pero tampoco es de los que resuelven en forma individual un partido. El “Chucky” Lozano ya llegó al tope, mientras el “Chicharito” Hernández de muy poco le ha servido a “Chivas” y ni se diga de Andrés Guardado.
El retorno desde dos últimos y del “Tecatito” Corona al fútbol mexicano, después de participar en ligas europeas, evidencia la falta de buenos delanteros jóvenes, un problema para la selección.
Abundan, en cambio, buenos porteros mexicanos, como los hay en todas las ligas del mundo. Parece que es más fácil formar buenos guardametas que delanteros, lo que deben hacer los dueños de los equipos, pero no lo hacen.