*Destacaron en sus filas y dirigencias dos candidatos presidenciales.
De la redacción
(Segunda parte)
En 1988, después de la postulación presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano por parte del PARM, se sumaron el PFCRN, el PPS, el PMS y otras organizaciones sociales. Integraron el Frente Democrático Nacional (FDN), víctima del fraude que llevó a la presidencia a Carlos Salinas de Gortari.
Todos los partidos y organizaciones aliadas acordaron denunciar el fraude y no reconocer a Salinas de Gortari como presidente de la República. Todos cumplieron el compromiso, menos Rafael Aguilar Talamantes y su partido, el PFCRN.
En una gira del mandatario por Guerrero, se encontró con el dirigente del partido al que en la izquierda le decían el “ferrocarril”. Aguilar Talamantes y su grupo, después conocido como “Los chuchos”, reconocieron a Salinas de Gortari como presidente legítimo, traicionado su promesa y olvidándose del fraude.
Aguilar Talamantes, Graco Ramírez, Jesús Ortega y otros abandonaron al FDN, y el dirigente y maestro del grupo en materia de traiciones a los principios de la izquierda se dedicó en cuerpo y alma a desprestigiar a Cuauhtémoc Cárdenas, de cuyo apellido se apropió y lo puso a su partido, para usufructuar el prestigio del general Lázaro Cárdenas.
En la elección de 1988 esa táctica oportunista y convenenciera le dio buen resultado, pues consiguió una numerosa bancada de diputados federales, y en la misma línea de traición, en 1994 Aguilar Talamantes se postuló para la presidencia de la República, para quitarle votos a Cárdenas Solórzano, quien iba por su segunda participación en contiendas de este tipo.
No alcanzó el PFCRN el 3.0 por ciento de la votación total y perdió el registro, pero se transformó en Partido Cardenista, al cual sepultó poco después Aguilar Talamantes, a quienes sus alumnos en materia de traición ya habían abandonado, para participar, con todas sus mañas y trayectoria de traiciones, en el PRD.
Formaron su corriente interna, que experta en maniobras divisionistas y traiciones, se apoderó de ese partido y forzó la salida de cuadros de izquierda y de los que provenían del PRI.
En pocos años dejaron sus filas Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ricardo Monreal, Pablo Gómez, Efigenia Navarrete, Andrés Manuel López Obrador y muchos cuadros valiosos más. De ellos, 4 fueron dirigentes nacionales y dos, candidatos presidenciales.
Los herederos de Aguilar Talamantes, rebautizados como “Los chuchos”, firmaron con el presidente Enrique Peña Nieto el “Pacto por México”, para llevar a cabo reformas constitucionales que permitieron la participación privada nacional y extranjera en la industria petrolera y en la generación de energía eléctrica, en otra traición más a las causas de la izquierda.
Firmes en eso de traicionar, este año se agravó el desprestigio, de “Los chuchos”. Contendieron por último vez junto al PAN y el PRI en los procesos electorales federales, pero el rechazo de los electores fue más evidente, y perdieron el registro. Los partidos opositores mayoritarios no pudieron salvarlos.