*No es un secreto la postura de Vance respecto a migración y narcotráfico.
De la redacción
Menos de 48 horas después del atentado en su contra, del cual milagrosamente salvó la vida, Donald Trump fue declarado oficialmente candidato presidencial del Partido Republicano, para volver otra vez a la presidencia de Estados Unidos. Era y ahora lo es más, un contendiente fuerte, claro favorito para triunfar en la elección de 5 de noviembre y asumir el cargo el 20 de enero del próximo año.
Las circunstancias políticas y electorales, más la modificación de la correlación de fuerzas interpartidista desventajosa para el presidente Joe Biden, generadas por la agresión a Trump, acapararon la atención de la opinión pública mundial y no permitieron reflexionar a profundidad sobre el perfil ideológico de ultraderecha y antimigrantes de quien seguramente será el próximo vicepresidente: James David Vance, senador de 39 años por Ohio.
Su postulación fue y será una mala noticia para América Latina y especialmente para México, por su posición en contra de los migrantes, a favor del fortalecimiento y extensión de los muros fronterizos y de reformas legales para declarar terroristas a los narcotraficantes de otros países, comenzando por los mexicanos, lo que facultaría al gobierno estadounidense a enviar tropas a combatirlos en otras naciones.
James David Vance es más ultraderechista que Trump y no percibe que la incursión de tropas estadounidenses en otros píses para atacar a los narcotraficantes constituiría una invasión, tipificada así por las normas internacionales, y tampoco se da o quiere darse cuenta que los grandes capos y beneficiarios del tráfico de drogas están en Estados Unidos, donde queda y se “lava” el 93 por ciento de las ganancias dejadas por la venta de las drogas al menudeo en las ciudades estadounidenses.
Aparte de su ideología ultraderechista, su visión del mundo es absurda, como la que en México tiene la senadora panista Kenia López Barargán, quien denunciaba que el Tren Maya le iba a quitar el color verde turquesa al mar Caribe. El candidato republicano a vicepresidente sostiene que el presidente Joe Biden está abriendo las fronteras a migrantes para que voten por él en noviembre, cuando todo mundo sabe que ningún indocumentado puede inscribirse en el padrón de electores, y que sin ese registro nadie puede votar.
También tiene rencores personales y familiares contra las drogas, porque su madre está afectada por el excesivo consumo de las mismas, que conseguía sustrayéndolas de las que se recetaban a los enfermos a quienes ella atendía como enfermera. Ese problema no se lo generaron los migrantes, quienes en su casi totalidad son gente trabajadora, que busca mejorar sus condiciones de vida con su esfuerzo, lo cual no entiende el senador por Ohio.