*Gran corrupción, porque empresas cobraban al IMSS por esos 100 mil menores inexistentes.
De la redacción
Durante las campañas para elegir presidenta de la República, la candidata presidencial opositora, Xóchitl Gálvez Ruiz, convirtió en tema de su trabajo proselitista el de las guarderías infantiles, suprimidas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Estos centros de cuidado para niños hijos de madres trabajadoras afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) generaron un escándalo y debate nacionales en el 2009, precisamente el 5 de junio, por el incendio que padeció la “Guardería ABC”, que ocasión la muerte a 25 niñas y 24 niños de entre 5 meses y 5 años, más 76 lesionados.
Ahora, la supresión de las guarderías privadas se utiliza como propaganda contra el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. La presentan como prueba del abandono de las madres trabajadoras al servicio de la iniciativa privada.
Por ello las autoridades federales han dado a conocer que el sistema de guarderías subrogadas estaba inmerso en una gran corrupción, en la cual participaban y se beneficiaban particulares y servidores públicos.
La tragedia en la Guardería ABC, de Hermosillo, Sonora, propiedad de una prima política del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa y del en ese tiempo gobernador sonorense, Eduardo Bours Castelo, lejos de desechar el sistema de la subrogación, lo fortaleció y los negocios privados en el ramo se multiplicaron.
Cuando inició el actual sexenio, las guardería particulares y subrogadas sumaban 9 mil 500 en todo el país, de las cuales sólo un bajo porcentaje cumplía con las normas de higiene y seguridad.
Lo peor fue que estaban sumidas en una gran corrupción, en perjuicio del gobierno y, en especial, del Instituto Mexicano del Seguro Social, que transfirió a particulares su obligación de darles el servicio de guardería a madres trabajadoras.
En enero del 2019 la matrícula de las guarderías era de 300 mil niños de entre 5 meses y 5 años, en todo el territorio nacional, pero 100 mil eran niños y bebés “fantasmas”. La tercera parte no existían.
Eran inventados, en una modalidad de saqueo del erario, y absorbían el pago del 33 por ciento que las autoridades erogaban en las 9 mil 500 guarderías privadas, que integraban el sistema subrogados.
Inventaron nombres, padres de los menores y domicilios para aparentar existencia de los niños atendidos y legalidad de los pago. Las actuales autoridades federales hicieron visitas a los domicilios y no vivían en los mismos, y fueron hasta 4 inspecciones a domicilios, por lo cual se llegó a la conclusión de que eran “fantasmas”.
Hace pocos años en “El Espectador” se difundió información oficial que revelaban que el Estado de México fue de los que más niños “fantasmas” tenía matriculados en las guarderías subrogadas y que el desaseo y corrupción eran tan grandes que en la matricula figuraban pequeños que vivían en Chiapas, Oaxaca y Michoacán, que no los podían asistir diariamente a que los cuidaran y que regresaran a sus lugares de origen.