*Se trató de una decisión esperada; sobre todo, tras el último debate.
De la redacción
El presidente Joe Biden renunció a sus aspiraciones reeleccionistas, y anunció su retiro de la lucha, por lo que no será el candidato presidencial que enfrente a Trump el 5 de noviembre próximo. Su alejamiento de la contienda alteró la correlación de fuerzas interpartidistas en perjuicio de Donal Trump, abanderado republicano, a quien los analistas políticos internacionales daban como seguro triunfador sobre el mandatario.
Biden propuso a Kamala Harris, su vicepresidenta, como su relevo en la candidatura presidencial, aunque también comenzó a mencionarse ya a Gretchen Whitmer, gobernadora de Michigan, una de las figuras más brillantes y eficaces del Partido Demócrata. Se adelanta que si es la abandera presidencial o para la vicepresidencia, derrotará a Donald Trump.
La frágil condición física y la deteriorada agilidad mental de Biden son evidentes, pero no quería dejar sus aspiraciones. Era precandidato único, por lo cual tenía asegurada la postulación el próximo mes, y ello alentaba a Trump, quien ya se veía instalado de nuevo en la silla presidencial y se comportaba como mandatario.
No obstante, la gobernadora de Michigan es tan popular, que en el 2022 pudo reelegirse sin dificultades e impuso un récord en margen de ventaja sobre su adversario republicano. Le sacó cerca de 12 puntos de delantera, en un estado en el cual triunfos y derrotas se deciden por diferencias muy estrechas.
El más preocupado ahora deben ser Trump, su equipo de campaña y el Partido Republicano, que se sentían seguros de la victoria. El escenario se les complica porque a pesar del mal perfil de candidato que tenía Biden, la ventaja del expresidente fluctuaba entre 5 y 7 puntos, que pueden ser remontables; sobre todo, por la condición de mujeres que puede tener la fórmula demócrata.