*Les documenta compra de anteojos cada año, cuando duran dos o tres años.
De la redacción
La compra de anteojos para su personal pone de manifiesto el despilfarro, desviación y apropiación de fondos públicos por mandos de la institución o el mecanismo para una especie de “lavado de dinero”. De acuerdo con información oficial, la Suprema Corte de la Nación (SCJN) destina al año 90 millones de pesos para comprarle anteojos a sus 3 mil 626 servidores públicos, suma excesivamente elevada.
La presidenta de la SCJN, Norma Lucía Piña Hernández no ha desmentido que el monto global corresponda sólo a su personal o que incluya toda la plantilla del Poder Judicial Federal. En todo caso, el gasto constituye un privilegio en un país en el cual hasta los trabajadores de salario mínimo compran de sus ingresos este apoyo para atender problemas visuales.
Una operación aritmética de división del gasto en anteojos entre el número de estos revela la desmesura en el gasto. Y no sólo por lo carísimo que salen los anteojos para cada persona al servicio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Cada lentes sale en 25 mil pesos, lo cual no corresponde a la realidad del mercado de este giro; sobre todo porque la compra se hace al mayoreo, lo cual reduce de forma importante los precios.
Para hacer más escandaloso el tema, no todas las personas al servicio de la Corte necesitan de anteojos por defectos visuales, aunque sí para el sol o como complemento del vestuario; es decir, para lucir a la moda.
Por otra parte, los anteojos no se desgastan y se vuelven inservibles cada año, por lo que no se justifica la partida presupuestal anual de 90 millones de pesos, proveniente de los impuestos que cubren los mexicanos.
FESTEJOS AL PADRE Y MADRE
En lo que hace a otros gastos, es notoria la veneración de la SCJN por las madres y padres, pues le dedica a los dos festejos dos partidas presupuestales por un monto global de 50 millones de pesos al año.
Llama la atención que en este tema se dé el machismo, pues contrariamente a lo que pudiera pensarse, se destina más dinero a festejar a los padres que a las madres. Para los primeros se programa un gasto de 26 millones de pesos; para las segundas, 24 millones.