*La pérdida de vida de la madre trae consecuencias graves en el futuro de los hijos.
De la redacción
Los efectos desastrosos de la pandemia de Covid-19, en teoría ya superada, se conocieron y midieron por el número de fallecimientos y contagiados, pero no se ha reflexionado suficientemente en otros impactos desastrosos, como las repercusiones de las secuelas en la salud de quienes sobrevivieron y las condiciones de vulnerabilidad de los dependientes de las víctimas fatales del virus.
En este sentido, la investigadora Yuliana Gabriela Román, del Centro de Investigación Aplicada para el Desarrollo Social (CIADES) difundió información importante sobre el freno a los avances de las muertes maternas, logrados entre 1990 y 2019, del 70 por ciento. El Covid-19 frenó y revirtió en parte estos logros. Estos fallecimientos crecieron en 30 por ciento el problema, con consecuencias sociales graves.
La especialista desarrolló el trabajo “Muerte materna en México: desde el idealismo del desarrollo”, con el propósito de identificar las variables que originan esta problemática social. Recordó que estos decesos los define la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el fallecimiento de una mujer durante el embarazo, el parto o en un período de 42 días posteriores a la terminación del embarazo, independientemente de la duración y el sitio del embarazo.
Dicho estudio se realizó en conjunto con el investigador Alejandro Martínez Espinosa, con quien trabajó durante un año y medio, dando como resultado un artículo académico publicado en la “Revista Academia y Negocios” de la Universidad de Concepción, Chile.
El objetivo principal del trabajo es analizar la relación entre la razón de muerte materna y 40 variables propuestas que se categorizaron en los ámbitos económico-social, salud-demográfico, laboral, hogar e infraestructura y bienes de la vivienda, los cuales buscan responder de forma positiva a las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Entre las variables analizadas, destacó la “falta de revisión post-parto” como una de las principales causas de la mortalidad materna, por lo cual aumentar las revisiones post-parto de las mujeres podría reducir esta tasa 15 por ciento. Asimismo, se identificó que la Ciudad de México es la entidad con mayores casos registrados a nivel federal.
“De 1990 a 2019 este problema había tenido una reducción de 70 por ciento; sin embargo, con la llegada de la pandemia y el confinamiento, esta tendencia positiva se vio interrumpida, aumentando 30 por ciento y afectando en mayor medida embarazos jóvenes que los de mujeres adultas”, explicó y consideró que la muerte materna es un problema social que debe abordarse desde el ámbito familiar-personal, así como en instituciones de salud que puedan implementar acciones para el cuidado de los recién nacidos y las mujeres con revisión post-parto.
Señaló que este suceso puede desencadenar otros problemas sociales como el rezago educativo de las y los hijos, la violencia y vulnerabilidad de estos. “Esta situación representa un grave problema de salud pública que demanda una atención inmediata para alcanzar las metas de la Agenda 2030”, puntualizó.
Finalmente, Román Sánchez destacó la importancia de las mujeres en la ciencia. “El papel de las mujeres en la ciencia es fundamental. Siempre hemos estado presentes y es crucial visibilizarse. Por ello, debemos impulsar a las alumnas a integrarse en la comunidad científica, especialmente en la demografía y las ciencias sociales”, concluyó.