*Como guerrillero trató de sacar a tiros al PRI del gobierno; también fracasó.
De la redacción
Jesús Zambrano Grijalva anunció la “muerte” definitiva del PRD y su exclusión de los senadores de representación proporcional, y con ello culminó una larga carrera partidista caracterizada por los fracasos y la traición a sus principios.
Como guerrillero de la “Liga Comunista 23 de Septiembre”, Zambrano buscó sacar al PRI de la presidencia de la República por la vía armada, pero fracasó. Fue herido y encarcelado 2 años durante el gobierno de Luís Echeverría Álvarez. En 2018, como dirigente nacional perredista quiso hacer regresar al PAN a Palacio Nacional, por la vía de los votos, y cumuló otro fracaso. Apoyó al perdedor, Ricardo Anaya.
Lo peor es que ahora condujo a su partido a la pérdida del registro, en un fracaso más, según un seguimiento de “El Espectador” a su trayectoria. Y otro fracaso, más personal, fue no convertirse en senador de la República. Ya antes había fracasado al traicionar sus principios ideológicos iniciales.
De buscar como guerrillero el derrocamiento del PRI por la vía violenta y fracasar, se convirtió en frustrado apoyador del PRI y del PAN en dos elecciones presidenciales consecutivas. En la última, respaldó a ambos partidos y consolidó su condición de político que fracasa en todo.
De acuerdo con un seguimiento de “El Espectador” al comportamiento de personajes de izquierda que terminaron respaldando a la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, sólo dos procedían de la izquierda guerrillera: Zambrano y Gustavo Hirales, aunque éste desertó y abandonó sus principios desde 1989.
Ese año aceptó cargos de Carlos Salinas de Gortari y se siguió con Ernesto Zedillo Ponce de León, y nunca fue dirigente de algún partido inicialmente de ideología izquierdista, como sí lo fue Zambrano, encargado de darle cristiana sepultura Partido de la Revolución Democrática (PRD).
La revisión de este medio informativo a la carrera como guerrillero y político de Zambrano Grijalva arroja que ha sido una especie de Rey Midas al revés: éste convertía en oro todo lo que tocaba; Zambrano echa a perder todo lo que toca, como amargamente lo lamentan los perredistas que se quedaron sin partido.
Fracaso como militante de la “Liga Comunista 23 se Septiembre” en la primera mitad de los años 70 del siglo pasado. Y como político pacífico nunca ha ganado una sola elección popular. Fue diputado federal dos veces, pero de representación proporcional, y perdió dos veces elecciones para gobernador de su estado natal, Sonora. En ambas quedó en tercer lugar.
Fue derrotado también por Alejandra Barrales en una elección para la presidencia del PRD en el entonces Distrito Federal, en 2006; es decir, sólo pudo ser dirigente nacional hasta que el PRD se convirtió en “cascarón” y su corriente interna conocida como “Los chuchos”, ya no tuvo competencia doméstica.
No obstante, su mayor fracaso ha sido la pérdida de registro nacional del PRD como partido político, porque aparte de que pasará a la historia como su “enterrador”, eso le impidió ser senador de representación proporcional, lo que más anhelaba. En forma ventajosa se colocó en el primer lugar de la lista.
Los observadores políticos sostenían que sólo un desastre en las urnas evitaría que Zambrano Grijalva se convirtiera en integrante del Senado de la República. Ese desastre electoral ocurrió y fue mayor a lo que se llegó a esperar, con lo cual el personaje selló también una larga historia de fracasos.
