*Autoridades no planearon expansión urbana. *Dejaron edificar en zonas de riesgos.
De la redacción
En sólo 4 días, un derrumbe de cerro ocurrido en una comunidad del municipio de Jilotzingo ocasionó la muerte de 10 personas; dos desgajamiento de una parte de un cerro en Naucalpan, arrojaron como saldo 8 personas fallecidas, incluyendo a un bombero, en una situación grave.
Entre el viernes 13 y el martes 17 de septiembre ocurrieron estas tragedias. En todos los casos las víctimas habitaban viviendas construidas en laderas de cerros, cuyos desgajamientos parciales sepultaron con toneladas de lodo y rocas las casas de la víctimas fatales, incluyendo una bebé de 3 meses.
Jesús Castañeda Arratia, exdirigente de arquitectos, académico y experto en urbanismo, sostuvo que todos los problemas de inundaciones, movilidad e insuficiencia de agua potable, tienen su origen en la falta o mala planeación urbana, que ocasiona la expansión desordenada de la mancha urbana.
A esa misma omisión de las autoridades municipales y estatales, inclusive federales, obedecen las inundaciones (este año las más conocidas fueron en las colonias Culturas de México, Jacalones y Jardines, en Chalco, Estado de México).
De acuerdo con el Mapa de Inundaciones difundido en julio por la Secretaría del Agua, por conducto de su Comisión de Agua del Estado de México (CAEM), en los últimos años en promedio se inundaron entre 85 y 90 sitios en al menos 30 municipios, la mayoría ubicados en la Zona Metropolitana del Valle de México.
La falta de planeación urbana y la permisibilidad de las autoridades ante las construcciones en zonas de riesgos y en reservas territoriales protegidas, propician los derrumbes con saldos fatales y daños materiales e inundaciones, que son dos caras de la misma moneda.
El Estado de México es el más poblado del país, con aproximadamente 18 millones de habitantes, pese a lo cual, de acuerdo con Castañeda Arratia, muy pocos de los 125 municipios tienen planes de desarrollo urbano.
Desde hace décadas el crecimiento (no desarrollo, precisamente) urbano fue dejado en manos de los intereses económicos inmobiliarios, quienes en su afán de lucro construyeron unidades habitacionales lejos de los centros urbanos, donde es muy difícil o no hay posibilidades de dotarlos de servicios básicos, según denuncia constante de Humbertus Pérez Espinoza, dirigente de colonos, por cuya lucha contra esos intereses estuvo encarcelado con cargos falsos.
Castañeda Arratia consideró urgente que las autoridades estatales y municipales impidan las construcciones en zonas de riesgos, por derrumbes o inundaciones, o sin condiciones para ser dotadas de servicios básicos, para no aumentar los problemas mencionados; sobre todo, en una entidad federativa con carencia de fuentes de suministros de agua para satisfacer necesidades.