ELECCIÓN PRESIDENCIAL EN
USA, DE INTERÉS EN MÉXICO
USA ES EL PRINCIPAL COMPRADOR Y VENDEDOR DE
MÉXICO: INTERCAMBIAN 800 MIL MDD EN BIENES:
México está unido geográficamente a Estados Unidos por una frontera de casi 3 mil 180 kilómetros, y ese sólo hecho explica el interés de un alto porcentaje de los mexicanos y de toda la clase política y gobernante en la elección presidencial del martes 5 del entrante mes en esa nación.
Existen otros factores igualmente poderosos para ese interés: un intercambio comercial de bienes y servicios en ambos sentidos por un valor superior a los 800 mil millones de dólares anuales, lo cual convierte a México en el principal proveedor de la vecina potencia, por encima de Canadá y la propia China.
Otras condiciones también de gran importancia para México las constituyen las decenas de millones de mexicanos, hijos o nietos de mexicanos que viven legal o ilegalmente y laboran en el territorio estadounidense, de los cuales un porcentaje importante envía remesas anuales superiores a los 64 mil millones de dólares, monto mayor al reportado por separado por la industria automotriz, exportaciones de petróleo o la inversión extranjera directa.
El otro tema delicado es de las drogas, cuya percepción por parte del gobierno de los Estados Unidos es errónea, porque ubica su origen casi exclusivamente en México, sin tomar en cuenta la necia realidad de que los problemas fuente de todos los demás, incluyendo la violencia y derramamiento de sangre en nuestro país son el alto consumo de sustancias tóxicas ilegales por parte de millones de sus habitantes y el “lavado de dinero” de los 372 mil millones de dólares al año derivados de esas actividades criminales.
Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, con gran y persistente esfuerzo pudo lograrse que las autoridades de la primera potencia económica, militar y tecnológica del mundo aceptaran que el problema es de tráfico, pero también de consumo interno de las drogas, no atendido y que ocasiona más de 100 mil muertes al año por sobredosis de estadounidenses.
También pudo convencerse al gobierno de la nación vecina que la introducción ilegal de armas de alto poder a nuestro territorio, con las cuales se derrama sangre, es responsabilidad de su industria armamentista, la cual no sólo exporta legal y en forma clandestina material bélico a otras naciones, sino también vende armas a las organizaciones delictivas de México.
A pesar de todo eso, en las campañas los aspirantes presidenciales coincidieron en el viejo enfoque de culpar de su problema sólo a los narcotraficantes mexicanos y se olvidan de que el gran negocio ilícito está en su territorio, y que las estratosféricas ganancias que representan sólo pueden ingresar al circuito legal del dinero mediante su sistema financiero, el más poderoso del mundo, interesado en que nada cambie.
Esta concepción de Estados Unido como víctima de los narcotraficantes mexicanos, a lo cual se agrega la resistencia de nuestro país y asumir como propia la perniciosa política exterior para América Latina no variará, gane quien gane y releve a Joe Biden. Y con ello debe lidiar la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que tiene y tendrá a su favor el apoyo que le dieron en las urnas 36 millones de votantes.