CERRARON MEDIOS ESPACIOS DE OPINIÓN Y
DESPIDIERON A VARIOS PERIODISTAS FAMOSOS
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Todavía se discute sobre la decisión de grandes medios informativos electrónicos e impresos de cerrar espacios a conocidos articulistas y de cerrar espacios como los de Tercer Grado, de Televisa y la Hora de Opinar, con el consiguiente despido de analistas e intelectuales.
Los medios informativos públicos también ya no renovaron contratos que vencieron, por lo que dieron de baja a analistas políticos, en coincidencia con el fin del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador e inicio del de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, primera mujer en ocupar el cargo en 200 años de vida independiente de México.
Medios informativos impresos como “Excélsior”, “El Universal” y otros más también despidieron a articulistas, columnistas y analistas políticos. Casi todos los medios informativos y periodistas involucrados en los despidos tienen como denominador común haber asumido una conducta opositora al gobierno del presidente López Obrador y durante el proceso para elegir presidenta apoyaron abiertamente a la candidata presidencial del PRI, PAN y PRD, Xóchitl Gálvez.
Un alto porcentaje de estos periodistas y varios intelectuales, encabezados por Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze, llegaron al extremo de llamar mediante desplegados periodísticos a votar en favor de la abanderada de la oposición e insistieron en sus espacios de reflexión que la política hidalguense ganaría la elección del 2 de junio, lo cual no ocurrió.
Los despidos dieron lugar a especulaciones sobre las motivaciones de los dueños de las empresas, y no pocos de los afectados, como José Antonio Crespo, sostiene que fueron órdenes del nuevo gobierno, aunque no presentan siquiera un indicio de sus irresponsables aseveraciones.
No son pocos quienes atribuyen a lo ocurrido a un afán de los propietarios de las empresas de medios informativos de congraciarse con la presidenta Claudia Sheinbaum, para ver si por esa vía recuperan los grandes privilegios que tuvieron siempre, pero especialmente a partir del sexenio de Vicente Fox Quesada y hasta el del mexiquense Enrique Peña Nieto.
Será difícil saber con exactitud cuáles fueron las motivaciones de la decisión tomada, pero no pudo ser el papel de opositores de los despedidos, porque esas posiciones fueron inducidas por las propias empresas y altamente remuneradas con dinero aportado por los nomás de 160 grandes empresarios enriquecidos con la corrupción del período neoliberal.
De acuerdo con una revelación no deliberada del periodista Ciro Gómez Leyva, durante el sexenio de López Obrador esos magnates compensaron a las empresas de medios informativos lo que dejaron de recibir del gobierno por publicidad. Invirtieron para derrotar a Morena, pero no consiguieron su meta y perdieron más de 70 mil millones de pesos en apoyo a la prensa. No habrían querido perder más, y sin ese apoyo ya no era posible mantener los elevados sueldos de los despedidos.