*Equivaldrá a lo que se hizo con la separación del Ejecutivo del poder económico.
De la redacción
No fueron los ideólogos de la cuarta transformación, sino un especialista en derecho constitucional, académico y político argentino-español quién hizo la mejor caracterización de lo que será la reforma al poder judicial mexicano, con la elección de titulares de tribunales, juzgados, ministras y ministras de la Corte: “Esta reforma al Poder Judicial Federal es equivalente, y tendrá el mismo efecto de la separación que en su momento hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador del Poder Ejecutivo del poder fáctico económico”, explicó el español-argentino, Gerardo Pisarello Prados.
Doctor en derecho constitucional, académico, político y diputado en Barcelona, el nacido en Tucumán Argentina y nacionalizado español, destacó en entrevista que el efecto positivo y de corto plazo “será la liberación del Poder Judicial y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de la influencia de la parte ultraderechista del poder económico mexicano. Y servirá a todos los mexicanos”.
Estudioso de los fenómenos y cambios políticos e institucionales, autor del libro “La ofensiva del constitucionalismo antidemocrático”, reflexionó sobre este ángulo de la reforma al Poder Judicial Federal, no tocado en el análisis de la izquierda mexicana.
Pisarello Prados conoce muy bien los recursos criminales de los grupos económicos ultraderechistas, promotores de golpes de Estado.
Su padre fue asesinado en su país sudamericano durante el golpe militar e implantación de la dictadura, en 1976, que duró hasta 1983. Huérfano de respaldo popular, “este poder fáctico en todas partes se atrinchera en los poderes judiciales, para proteger sus intereses antipopulares”, destacó el legislador catalán.
Desde esta perspectiva, la elección de los impartidores de justicia y de los miembros del máximo tribunal constitucional de México, erradicará la influencia de los poderes fácticos económicos contrarios al interés general.
El académico y experto en temas constitucionales coincidió con analistas mexicanos, como el posdoctor en historia, Lorenzo Meyer, en el sentido de que no toda la clase empresarial es de ultraderecha y mucho menos golpista, pues la inmensa mayoría de los empresarios mexicanos, aun los grandes, no comparten la posición ideológica del reducido grupo en cuestión.
Pisarello Prados se formó en la licenciatura en su natal Argentina, pero muy joven, a los 25 años se fue a España, donde estudio la maestría y el doctorado en derecho constitucional, y ha participado en movimientos de izquierda y en protestas como contra la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003. Es miembro del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia.
Y considera de importancia estratégica para el cambio de régimen en México la reforma al Poder Judicial, puesto que ante su falta de bases sociales, la ultraderecha empresarial está atrincherada en el Poder Judicial Federal y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y por eso rechaza la reforma en cuestión y defiende a esa institución, que protege sus intereses, por encima de los generales de los mexicanos.