CARAS VEMOS… NO SABEMOS
AUGUSTO LOZANO ROBLES
La iniciativa de reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo y al Reglamento del mismo, para que Maurilio Hernández González siga un año como presidente de la directiva, no es simple ocurrencia, sino parte de la estrategia de la prematura lucha interna de Morena por la postulación a la gubernatura en 2029. En ese afán, al senador Higinio Martínez Miranda no le importa destrozar los principios de Morena de rechazo a los “necesariatos” y a la eternización en los cargos, ni violar los documentos básicos que prohíben tribus o corrientes: encabeza al grupo interno “Mexiquenses de corazón”. Maneja la Cámara de Diputados Locales por conducto de su incondicional Hernández González, a quien antes le modificaron el mismo marco legal y reglamentario para que estuviera más tiempo del debido en la presidencia de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) en tiempos de Alfredo del Mazo, y tiene control sobre el presupuesto mediante un familiar que oficialmente lo administra. Y en ese afán se inscribe la intención de debilitar el liderazgo de Francisco Vázquez Rodríguez, ahora ajeno al grupo del Senador. En el lado partidista, la gente de Martínez Miranda ha dado sobradas pruebas de su ineptitud para afiliar a los simpatizantes de Morena, y mucha más, para organizar horizontalmente al partido en el gobierno. No fue capaz de organizar comités municipales, y los seccionales apenas iniciarán su formación en diciembre, según anunció la dirigente nacional, Luisa María Alcalde Luján. La presidenta Claudia Sheinbaum obtuvo más de 5 millones de votos en el Estado de México, pero en 6 años el grupo que lo manejó con criterio patrimonialista no fue capaz de afiliar ni al ocho por ciento de los simpatizantes… Lo peor: ese grupo protegió la corrupción del gobierno de Alfredo del Mazo Maza. Y ahora pugna por hacerse de la gubernatura en el 2029… Tal vez en Morena encuentre oposición la iniciativa Ejecutiva de reforma a la Constitución en materia electoral, especialmente el tema de la no reelección y el nepotismo en cargos de elección popular. En todos los partidos existe el manejo patrimonialista, expresado en candidaturas de familiares o, en los últimos años, en postulaciones para que familiares directos, esposas o esposos de un alcalde, senador, diputado federal o local herede el cargo al o la conyugue, hermana, hermano, hija, hijo prima o primo. En Huixquilucan el senador panista Enrique Vargas del Villar no sólo heredó la alcaldía a su esposa, Romina Contreras, sino también le marcó el camino para reelegirse, como lo hizo él en su momento. Son cargos de elección popular, sí, pero no es ético y propicia lo que llamarían en comercio “competencia desleal” a la militancia. Además, se supone que las organizaciones políticas tienen cuadros y no necesitan del nepotismo… No son pocos analistas políticos que creen que el programa de construcción de un millón de viviendas en el sexenio representará una oportunidad de oro para quienes acapararon tierras en la zona aledaña al predio donde iba a construirse el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Podrán venderla muy bien al Infonavit o a la CONAVI, aprovechando sus buenas relaciones con personajes morenistas influyentes… CONTRAOREJA: “PALESTINA, PALESTINA, PALESTINA”