*Las decisiones de Biden, respecto a Ucrania, amenazan con escalar sin control el conflicto.
De la redacción
En medio de la preocupación mundial por el riesgo de un escalamiento mayor en el conflicto de Rusia y Ucrania, con la autorización del presidente Joe Biden al presidente ucraniano V. Zelensky de usar misiles estadounidense de largo alcance contra el territorio ruso, la presidente Claudia Sheinbaum Pardo reiteró su llamado a la paz y a desechar la guerra.
Con la cumbre del Grupo de los 20 (G20) como contexto, la mandataria mexicana hizo el mismo planteamiento, que al final fue recogido en el documento de la declaración del encuentro, en una posición que compartió el presidente anfitrión, Luiz Inacio Lula da Silva y la mayoría de los representantes de los países del Grupo e invitados.
El mundo entero está angustiado por las consecuencias de la decisión tomada por el gobernante estadounidense de escalar el conflicto, a dos meses de dejar el cargo en manos de Donald Trump; sobre todo, por el anuncio del presidente Vladimir Putin de responder los ataques y bajar el umbral de riesgo para la integridad de la población y territorio ruso, fijado como límite para el uso de armas nucleares.
En este sentido y en este escenario global la presidenta Sheinbaum volvió a llamar a la paz y a desvanecer los riesgos de una guerra de grandes proporciones y resultados catastróficos para la humanidad. La guerra sólo beneficia la industria bélica, por el aumento del gasto en armamento.
Durante su breve estancia en Río de Janeiro, Brasil, la primera mujer mexicana que llega a la presidencia de la República reveló que en sólo dos años el gasto armamentista se elevó un 300 por ciento sobre el porcentaje del crecimiento de la economía mundial. Detalló que a la política de la guerra se le destinan 2.4 billones de dólares al año, mientras que 700 millones de seres humanos en el mundo viven por debajo de la línea de la pobreza.
Hasta hoy ni los más calificados analistas internacionales en temas militares e internacionales encuentran explicación lógica a la decisión de Joe Biden de autorizar el uso de misiles de largo alcance contra territorio ruso, cuando la conveniencia para la paz mundial exige todo lo contrario y el fin de las guerras.