*El candidato derechista reconoció su derrota ante Orsi, en la segunda vuelta electoral efectuada ayer.
De la redacción
En Uruguay, ayer el candidato presidencial del Frente Amplio, Yamandú Orsi, obtuvo el triunfo sobre el abanderado de la ultraderecha y centroderecha, Álvaro Delgado, del Partido Nacional, el cual gobierna con su cuadro Luis Lacalle y una coalición de organizaciones.
Delgado reconoció su derrota, que marcará el retorno del Frente Amplio al poder, después de 5 años como opositor y cuya figura icónica, de prestigio internacional es José Mugica, quien gobernó del 2010 al 2015. La derecha derrotó al FA y en 2019 y asumió el poder en el 2020.
La victoria del Frente Amplio representó un freno a la ideología derechista, que también ayer fue derrotada en Chile en las elecciones de gobernadores regionales. De 11 cargos en juego, la izquierda y centroizquierda triunfó en 6, con la ventaja de que en esas demarcaciones figuran dos de las tres regiones más pobladas: Santiago y Valparaiso, donde vive el 50 por ciento de la poblacicón chilena, de 19 millones de habitantes.
Estas elecciones regionales fueron de segunda vuelta, porque en la primera ningún candidato obtuvo el 50 por ciento de la votación. En la primera vuelta la izquierda y centroizquierda se impusieron a sus adversarios en 16 de las 16 gubernaturas en disputa, por lo cual ahora sus mandatarias y mandatarios regionales gobernarán al 70 por ciento de la población de ese país andino.
Uruguay, un pequeño país de 3.4 millones de habitantes y un padrón de 2.7 millones de votantes, el cambio de presidente será el primero de marzo del próximo año, y Orsi gobernará hasta el último día de febrero del 2030.
El presidente Lacalle anunció que esta misma semana comenzará a preparar la fase de transición, e invitará a quien lo relevará en el cargo a reunirse en la sede de la presidencia de la República, para lograr acuerdo sobre las fases de la transición. El candidato derrotado era secretario de la Presidencia y muy cercano al gobernante saliente.
Uruguay es un país de larga tradición democrática, y hasta la ultraderecha es menos belicosa e irracional que en otros países de América del Sur, y en el lado contrario, la izquierda radical también es menos violeta que en otras naciones, como lo probó en su momento el comportamiento de un grupo guerrillero.