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Descomposición del PRI No es Buena para la Democracia

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El resultado de la última elección modificó las fuerzas al interior de lo que queda del PRI mexiquense. Foto: Archivo

DESCOMPOSICIÓN DEL PRI NO

ES BUENO PARA DEMOCRACIA

EN EL ESTADO CUADROS PRIISTAS ABANDONAN

AL ANTES PARTIDO GOBERNANTE Y LO DEBILITAN

El país necesita una oposición fuerte, capaz, crítica documentada de las limitaciones, fallas, deshonestidad, ineficacia, arbitrariedades y abuso de poder, para de esta forma contribuir a la corrección de lo que no conviene al interés general de los mexicanos; desafortunadamente, esa oposición no existe y la que hay no reporta utilidad social. Inventa cosas que no existen y, a partir de su desinformación o mala fe, cuestiona, critica y hasta ofende sin sustento a las instituciones.  

Precisamente, por ese comportamiento, hace unos días Enrique de la Madrid Cordero anunció su retiro de las filas priistas, para hacer oposición desde otras trincheras, en virtud de que -replicó- “los dos principales partidos opositores están equivocados en su estrategia y tácticas de lucha y no ofrecen a la población lo que necesita”, ni siquiera como críticos informados y propositivos.

El personaje no significará una pérdida de bases partidistas, porque no las tiene, pero su apellido pesa en la derecha mexicana, pues su padre, Miguel de la Madrid Hurtado, fue presidente de la Republica entre 1982 y 1988, además de ser señalado como quien sentó las bases para implantar el neoliberalismo.

Su escaso arraigo en la sociedad y en el que fuera su partido se comprobó cuando abandonó la lucha por la candidatura presidencial de la oposición, que finalmente ganó Xóchitl Gálvez Ruiz. Se retiró ante de concluir ese proceso amañado, organizado para legitimar las aspiraciones de la hidalguense.

Pero más que por inconformidad con la estrategia de las formaciones políticas opositoras, De la Madrid Cordero se alejó del priismo porque ya no le ve futuro y, en estas condiciones, cree que pude lograr más en una nueva organización política.

En el escenario estatal, el antes invencible PRI está metido en una grave crisis, agravada por la injerencia del dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, quien decidió hacerse del control del priismo mexiquense mediante la designación de una política incondicional de él: la senadora Cristina Ruiz Sandoval.

La anterior dirigente, Ana Lilia Herrera Anzaldo, renunció al cargo, como lo hizo el secretario general, Alejandro Castro Hernández. Pero éste tiene la ventaja de ser diputado local de representación proporcional, y no quedará en el desempleo político, como si quedó la ahora expresidenta del Comité Directo Estatal de dicho partido.

El cambio de ambos representantes del PRI mexiquense lo decidió sin consulta ni resistencia alguna un político de Campeche, campeón de las derrotas, quien ya condujo a ese partido al desastre electoral, pero aun así impuso su voluntad por sobre el priismo mexiquense, lo cual indica la descomposición que padece el antes partido en el poder y gobernante aquí desde su fundación. A nadie consultó los cambios, pero tampoco nadie se opuso: a nadie le importó.

En este panorama el alcalde de Zinacantepec, Manuel Vilchis Vivero y miembros del cabildo abandonaron al PRI, otra prueba de que no le ven futuro y de que su desplome no puede ser revertido, por la descomposición que padece y que se agravó con la decisión de Moreno Cárdenas.

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