*El nivel de juego mostrado en la liguilla no se muestra en el resto del torneo.
De la redacción
El nivel promedio de la calidad del fútbol mexicano es bajo, contrariamente a lo que sostienen en la transmisión de los partidos los cronistas de este deporte, particularmente los de los canales de Televisa.
No obstante, aun con esas limitaciones, los equipos podrían ofrecer un espectáculo mucho mejor del que acostumbran darle a los aficionados, lo cual explica la escasa asistencia a los estadios.
El escaso nivel cualitativo del fútbol mexicano convirtió a los aficionados en espectadores exclusivos de los partidos transmitidos por la televisión o vía streaming, porque pocos se animan a acudir en persona a la mayor parte de los encuentros, precisamente, por los malos partidos, ante la indiferencia de los dueños de los clubes.
A estos problemas se agrega el de la falta de interés de los jugadores, quienes no despliegan su mejor esfuerzo en los partidos. Se conforman con asistir a los juegos y una vez en las canchas, regatean esfuerzos y no brindan lo que pudieran brindar, aun con todas sus limitaciones.
Es decir, la escasa calidad de los encuentros se explica también por esta negligencia, consentida por los dueños de los equipos. Es notoria la ausencia de ganas de triunfar, ni de agradar al público.
Hasta los considerados “grandes” equipos incurren en la mezquindad a la hora de desarrollar esfuerzos, lo que es más criticable, porque disponen de jugadores, no del nivel que dicen los cronistas, pero sí para brindar emociones en los encuentros.
Un caso muy claro en este sentido son América y Cruz Azul. Ambos son considerados buenos equipos, pero en el partido de ida de su serie que perdió el segundo, aburrieron por la falta de enjundia y deseos de ganar el partido.
Ocurrió todo lo contrario en el juego de vuelta, especialmente en los últimos 30 minutos. Dieron espectáculo; mostraron ansias de triunfo y de pasar a la final del torneo de la Liga MX.
Fueron los mismos jugadores, pero con actitudes diferentes, lo que prueba lo que sostiene el título de este texto: los equipos pueden jugar mejor de lo que lo hacen regularmente; es decir, el nivel de la calidad del fútbol mexicano puede ser mejor, pero a los propietarios de los equipos no le interesa el tema.
No les exigen a los técnicos que obliguen a los futbolistas a desquitar lo que ganan, mediante esfuerzos para elevar el nivel del juego, porque hasta los futbolistas más limitados pueden contribuir a ello, si se esfuerzan y les importa mejorar la calidad del espectáculo.
Todos pueden jugar mejor, como lo evidenciaron el América y el Cruz Azul en el segundo tiempo del segundo partido de su serie en la fase de semifinales del torneo. Pudieron jugar igual en el primer partido, pero no quisieron, lo cual representa otro problema para elevar la calidad del fútbol mexicano.
