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Coordenadas Políticas – Macario Lozano – Marcelo Ebrard y sus Esfuerzos por Congraciarse con los Medios

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COORDENADAS POLÍTICAS

MACARIO LOZANO R.

LOS ESFUERZOS DE MARCELO EBRARD POR

CONGRACIARSE CON EL PODER MEDIÁTICO

Durante la presentación del Plan México por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fueron notorios los esfuerzos de Marcelo Ebrard Casaubón por congraciarse con el poder fáctico mediático. El salinista puro, quien nunca ha participado en la formación de un partido de izquierda, y que sólo se incorporó a Morena cuando se inscribió para contender en el proceso para escoger candidato o candidata presidencial, buscó agradar a los dueños de los grandes medios informativos.

Ebrard, consentido del presidente Carlos Salinas de Gortari y que sólo se alejó del mandatario cuando su otro jefe, Manuel Camacho Solís, perdió a principios de 1994 la candidatura presidencial frente al posteriormente malogrado Luis Donaldo Colosio Murrieta, era el aspirante morenista preferido de la ultraderecha empresarial y de los propietarios de los grandes medios informativos impresos y electrónicos.

Confiaban en que ganaría la postulación y triunfaría en la elección del primero de junio del año pasado, para descarrilar a la cuarta transformación y devolverles los mecanismos de saqueo de los bienes propiedad de la nación, comenzando por los fondos públicos. Como secretario de Relaciones Exteriores del presidente Andrés Manuel López Obrador, Ebrard Casaubón recibió amplio apoyo de los dueños de lo que genéricamente se conoce como “la gran prensa”.

Ese respaldo fue tan evidente y excesivo, que al final perjudicó al oportunista político; sobre todo, porque al igual que al entonces coordinador de los senadores morenistas y presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) de la Cámara Alta del Congreso de la UnIón, Ricardo Monreal Ávila, perdieron la confianza del morenismo. Los consideraron los “gallos” de la oligarquía y por eso perdieron la lucha interna por la candidatura presidencial de la izquierda.

A la ultraderecha empresarial y sus medios informativos dejaron de interesarles ambos políticos, y no los respaldaron para que fueran candidatos de la oposición. En este sentido, Ebrard Casaubón fue el más irritado con el resultado adverso a sus aspiraciones presidenciales y llegó a sostener que su nombre aparecería en las boletas de la elección presidencial, inclusive denunció públicamente que la ahora presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, utilizó fondos públicos para ganar la lucha interna.

La oposición partidista, al servicio de la ultraderecha empresarial y liderados por el operador político de la misma, Claudio X. González, desecharon a Ebrard como candidato. A los dueños del dinero les interesaba el salinista, pero como abanderado presidencial de Morena, porque con Xóchitl Gálvez por un lado y con el ex secretario de Relaciones Exteriores, por el otro, tenían asegurada la reconquista de su influencia y sus privilegios.

Cuando Ebrard Casaubón se vio perdido, buscó la reconciliación con Sheibaum Pardo, quien los designó secretario de Comercio. El extitular de la SRE no tuvo empacho en adelantar que desde su posición en el gabinete buscaría la candidatura del 2030, para relevar a la primera mujer presidenta de la República. Y debemos creerle, porque sus esfuerzos por congraciarse con los dueños de los grandes medios informativos indican que está construyendo sus aspiraciones.

Les agradeció su asistencia a la presentación del Plan México, e insistió en que tendrán un lugar y aportarán a ese esfuerzo. No le importó que esos grandes medios informativos mantengan una campaña de desprestigio contra la presidenta de la República, que la calumnien y la presenten como marioneta del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Ebrard Casaubón fue adulador de quienes se autodesignan como la verdadera oposición en México.

No escarmentó con lo que le ocurrió al buscar el apoyo de la “gran prensa” para ganar la candidatura presidencial de Morena. Su afán de quedar bien y obtener desde ahora la simpatía del poder fáctico mediático opositor de derecha a la presidenta Sheinbaum Pardo, a Morena y a la cuarta transformación volverá a generar desconfianza de los morenistas y difícilmente concretará sus ambiciones presidenciales, porque en las filas del partido al que se afilió cuando ya estaba en el Poder Ejecutivo Federal, no confían y conocen bien su trayectoria oportunista y sus ambiciones.

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