*El precio de las gasolinas subió a partir de las reformas neoliberales de Peña, en vez de bajar como se prometió.
Gabriel L. Villalta
Los impuestos a los combustibles en México hacen que los consumidores paguen por unas de las gasolinas más caras a nivel mundial, situación que se agrava si se considera que el país es productor de petróleo. De acuerdo con GlobalPetrolPrices.com, al 30 de diciembre de 2024, el precio promedio de la gasolina en el país fue de 25.25 pesos por litro, 45.0% superior al precio promedio de la gasolina en los Estados Unidos.
Esto es el resultado de las políticas implementadas en el denominado periodo “neoliberal”, que los gobiernos de la 4T (cuarta transformación) no han modificado.
El estado dejó de invertir en la transformación de petróleo en gasolinas y apostó por su importación. Así, la mayor parte de la gasolina que se consume en el país proviene de los Estados Unidos, a cuyo precio se le suman costos de transportación e impuestos.
Estos últimos representan alrededor del 40.0% del precio al consumidor. Además del IVA, los consumidores pagan por el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que en el caso de la gasolina regular se estableció en una cuota que para 2025 se elevó a 6.4555 pesos.
Datos de Hacienda revela que, de enero a noviembre de 2024, la recaudación del IEPS experimentó un crecimiento de 34.6% en términos reales anuales, impulsado principalmente por el componente de combustibles, 1.7 veces superior al registrado en el mismo periodo de 2023.