*La construcción de la “Estela de Luz” se realizó con gran sobreprecio.
De la redacción
El ex presidente Felipe Calderón tiene presencia frecuente en los medios informativos que le fueron afines cuando gobernó, pero pocas veces se pone énfasis en su desastrosa administración, como la protección a narcotraficantes, por conducto de su hombre consentido, el secretario de Seguridad, Genaro García Luna.
De la misma forma, los grandes medios informativos recogen sus opiniones críticas al gobierno de la cuarta transformación, como personaje importante de la ultraderecha empresarial.
Ahora vuelve a ser noticia, por uno de los públicos casos de corrupción de su gobierno: el sobreprecio de la construcción del monumento “Estela de Luz”, ubicado en Paseo de la Reforma en la capital del país.
El responsable de esa obra, conmemorativa del bicentenario de la Independencia, Luis Enrique Arvizu Romero, perdió en definitiva su lucha judicial para no pagar la reparación del daño al erario, fijada en 230 millones de pesos.
Calderón Hinojosa impulsó ese proyecto, que por la corrupción se encareció en forma excesiva, de 393.5 millones de pesos iniciales, hasta los mil 305 millones de pesos. Ya los 393.5 millones de pesos fueron considerados por expertos en construcciones como un monto exagerado.
La semana pasada la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), por unanimidad, desechó el recurso de revisión presentado por Arvizu Romero contra la sentencia condenatoria dictada por el Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA).
El fallo definitivo al caso volvió a sacar a relucir el nombre de Felipe Calderón Hinojosa. Ahora porque se ventiló nuevamente un escandaloso caso de corrupción cometido en su gobierno, no investigado ni mucho menos castigado en su administración 2006-2012.
En el fraude cometido por pagos con sobreprecios a los pactados con empresas, aumentos de volúmenes de obra y materiales y trabajos no realizados, participaron también empresarios, pero hasta ahora sólo el exfuncionario Arvizu Romero ha sido condenado a reparar la parte de daño que él ocasionó al erario.
La cobertura del caso judicial no pudo evitar que el nombre del exmandatario volviera a sonar, y no en su favor, sino en contra, porque evidenció la corrupción de su gestión presidencial, con la agravante de que la obra se construyó en la propia capital del país en un sitio altamente concurrido, como el Paseo de la Reforma.