COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
MEXICO ANTE UN GOBIERNO ESTADOUNIDENSE ESQUIZOFRÉNICO
Las relaciones bilaterales México-Estados Unidos siempre han sido difíciles por causas entendibles, como la asimetría económica y militar, y desfavorables a nuestro país. La naturaleza imperialista de la vecina nación y su concepción de que puede dominar al planeta en función de sus intereses, y más ahora cuando el mundo se volvió multipolar, y la competencia por los mercados de bienes y servicios es furiosa, y la va perdiendo el coloso del norte frente a China.
En el caso de la relación con México, tampoco le satisface la política exterior independiente y que no comparte, ni se alinea a la del vecino del norte, de lo cual es claro ejemplo el mantenimiento de las relaciones con Cuba en el apogeo de la “Guerra Fría”, en tiempos del anticomunismo furioso en América Latina y de la ruptura de vínculos diplomáticos de todas las naciones del Continente con el régimen de Fidel Castro. Tampoco le gusta a las autoridades de esa potencia las buenas relaciones de México con la misma Cuba, Venezuela y los gobiernos progresistas y de izquierda de Latinoamérica en la actualidad.
Dicha situación empeorará mucho ahora con un presidente y un equipo de colaboradores esquizofrénicos, que tienen una concepción falsa y desconocen la realidad del mundo y de los propios Estados Unidos, como lo han evidenciado el gobernante y su equipo de trabajo. No de otra forma puede entenderse que el presidente Donald Trump hable de “terroristas internacionales” cuando se refiere a los narcotraficantes latinoamericanos y especialmente mexicanos, y no perciban que los grandes capos de capos de las drogas están en su territorio, y que algunos inclusive financiaron su campaña, pues son quienes se quedan con el 93 por ciento de las ganancias de esa actividad criminal y despachan y son dueños de los lujosos rascacielos de Nueva York.
Trump y sus colaboradores no los han visto, y por su esquizofrenia creen que de verdad los capos de los capos son los que introducen las drogas a territorio nacional y no quienes quedan con las utilidades que deja la distribución al menudeo, que ocasiona más de cien mil muertos al año por sobredosis y deja a millones incapacitados para el trabajo productivo (el Ejército estadounidense tiene problemas para reclutar elementos, porque los jóvenes consumen drogas).
En cambio, llama criminales a los indocumentados que laboran en territorio estadounidense con salarios más bajos que los que cobrarn sus pares estadounidenses, y aportan esfuerzos al progreso de esa nación, además de contribuir a que los costos de producción no se eleven más de lo que ya están, cuyos altos costos explican también en parte la pérdida de competitividad y de mercados en el mundo. Trump y sus colaboradores no lo entienden así.
Por eso no se da cuenta que si impone aranceles a México y Canadá, sus dos principales socios comerciales del mundo, le corresponderán con la misma moneda, como ya lo anunció el primer ministro canadiense Justin Troudeau que de esa forma se encarecerán también las mercancías estadounidenses y se volverán menos competitivas, precisamente el factor que está ocasionando a Estados Unidos la pérdida de mercados a escala planetaria.
Lo grave es que ese gobierno esquizofrénico representa una amenaza para el mundo, pues si para resolver un problema de una persona, una familia o una nación se requiere como primera condición conocerlo afondo, Estados Unidos aún no percibe la realidad y busca solución a su decadencia con acciones que agravarán su situación y pondrán en riesgo las condiciones indispensables para relaciones armónica entre las naciones y para consolidar la paz mundial.
Esa ausencia de conocimiento de la realidad de Estados Unidos debe preocupar a todos los países, dado que el gobierno trumpista ejercerá acciones a partir de la ignorancia de lo que se necesita. Lo más delicado consiste en que se trata del hombre más poderoso del mundo, lo cual no examinan los analistas internacionales más calificados. Revisan muchos aspectos, pero no el de un gobierno esquizofrénico, que para México tiene la desventaja adicional de que comparte con Estados Unidos una frontera de 3 mil 180 kilómetros, con todo lo que ello implica,