*No hay región del territorio estatal sin presencia de la delincuencia organizada.
De la redacción
La “Operación Enjambre”, puesta en marcha por el gobierno estatal con respaldo de las fuerzas de seguridad federales, además de detener a mandos policiacos, una alcaldesa, un presidente de DIF municipal, y más de 40 personas más, puso de manifestó la extendida presencia del crimen organizado en suelo estatal.
De acuerdo con lo publicado en “El Espectador” las acciones de las corporaciones de seguridad y las detenciones, incluidas las anteriores a las de la nueva estrategia, se han llevado a cabo en todas las regiones de la entidad, lo mismo en el norte que en el sur y en el oriente que en el poniente; es decir, la presencia criminal abarca todo el territorio estatal.
La penetración de la delincuencia organizada en los gobiernos municipales fue más abierta en los municipios como Amanalco y Santo Tomás. En este último, grupos armados operaban desde el propio Palacio Municipal.
En Amanalco la “Familia Michoacana” decidía los asuntos del ayuntamiento, como se probó con el secuestro de la alcaldesa por ministerio de ley, para obligarla a dejar el cargo, a fin de colocar a otra persona incondicional y al servicio de la banda delictiva, por lo cual están detenida una regidora y un funcionario de ese municipio, además de quien fue alcaldesa, María Elena Martínez Robles.
Instituciones nobles tenían al frente a gente al servicio de la delincuencia organizada. Ese fue el caso de Tonatico, donde fue capturado el esposo de la alcaldesa y presidente del DIF municipal.
Otro ejemplo es Santo Tomás, donde el que encabezaba la institución de protección a la niñez y la familia, Pedro Luis “Wicho” Hernández de Paz, estaba al servicio del mismo grupo delictivo.
Además, era esposo de la alcaldesa María del Refugio Matías Esquivel, a quien iba a relevar en la presidencia municipal, pues era alcalde electo cuando fue objeto de acciones para detenerlo. Debía tomar posesión del cargo el primero de este mes.
La detención de servidores públicos, especialmente de mandos policiacos tuvo lugar en Aculco, Acambay, Atlacomulco, Tejupilco, Amanalco de Becerra, Santo Tomás de los Plátanos, en Chicoloapan, Tenango del Valle, Nicolás Romero, Cuautitlán Izcalli, Huehuetoca y otros municipios del Valle de Toluca.
En el oriente del Estado de México, donde se asientan más de 11 millones de mexiquenses, a diferencia de las regiones sur, poniente, norte y la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, dominadas delictivamente por la “Familia Michoacana”, allá operan células de todos los grandes carteles del país y grupos independientes organizados y violentos.
También en muchos casos cuentan con la protección de elementos policiacos, lo cual explica que no se hayan detenido altos mandos delictivos, y que en los operativos, impresionantes por el número de efectivos, los decomisos de drogas y armas sean reducidos, porque previamente se “filtra” información de esas acciones.