A menos de 24 horas de concretarse la amenaza de Donald Trump de aplicar un 25 por ciento de aranceles a los productos que México exporta a Estados Unidos, la incertidumbre crece en México y Canadá, y el mundo igualmente está inquieto, porque incluyó a más países como destinatarios de la misma medida. El riesgo de una guerra comercial que perjudicaría a los países involucrados, por lo pronto, es inmediata contra los dos socios de Estados Unidos en el TEC-MEC.
Hasta el sábado en la tarde había una leve esperanza en México de que el mandatario estadounidense reflexionara y desistiera de una medida que tendrá como principal víctima a los Estados Unidos, además de enturbiar las relaciones con México y Canadá, y que obligará a la presidenta Claudia Sheinbaum a responder decisivamente de alguna manera, porque así se procede en las relaciones comerciales en todo el mundo. Nunca el cobro de un nuevo arancel lo cubre la nación afectada y se queda con los brazos cruzados.
Por esa lógica en los intercambios comerciales entre países, pero también y fundamentalmente porque se ha comprometido a defender la soberanía de México y actuar con dignidad, la presidenta mexicana tendría que gravar también con 25 por ciento adicional los bienes que vende Estados Unidos, en un círculo viciosos que también haría perder competitividad a los bienes de ese país, en un momento en que de por sí pierde mercados ante China.
Aquí hemos considerado que el líder de la primera potencia económica y militar del mundo padece una persona con esquizofrenia, que no percibe la realidad económica, geopolítica y geoestratégica del mundo actual, y parece empeñado en debilitar más a su país, especialmente por el distanciamiento de sus dos principales socios en el TEC-MEC, además de que la aplicación de aranceles viola flagrantemente los compromisos adquiridos libremente por los estadounidenses, y México quedaría facultado para promover una controversia, con grandes posibilidades de ganarla.
Muchos comentan que en el caso de uno de los pretextos que Donald Trump esgrime para aplicar aranceles: el del ingreso de los Estados Unidos de Fentanilo, no es esquizofrenia, sino un voltear la vista hacía otro lado, para proteger al capital bancario y financiero, cuyos mandos son los capos de capos y se quedan con el 93 por ciento de las ganancias que deja la venta al menudeo de las drogas en el territorio del vecino, que son los causantes directos de las cien mil muertes anuales por sobredosis de su gente.
Por eso finge ignorar dónde está el verdadero problema y pone la mirada en los delincuentes mexicanos, cuando éstos mantienen con sus pares estadounidense la misma asimetría del comercio legal de ambos países. En otras ocasiones lo hemos comentado, pero nunca estará de más recordar que los intereses criminales estadounidenses jamás permitirían que los capos mexicanos del narcotráfico ingresaran con drogas, las vendieran y regresaran con 400 mil millones de dólares anuales en efectivo, mientras los criminales que controlan al capital financiero y los banqueros globales que operan desde los lujosos rascacielos de la Quinta Avenida de Nueva York permanecen indiferentes, con los brazos cruzados.
Estados Unidos tiene los mejores servicios de inteligencia y contrainteligencia del mundo, por lo que sólo con mucha ingenuidad podría creerse que las autoridades no tienen información respecto de quiénes son los verdaderos capos estadounidenses de las drogas, ni de que corporaciones financieras y bancarias “lavan el dinero” proveniente e introducen 372 mil millones de dólares anuales al circuito legal del dinero. Esos servicios de espionaje saben también que los capos mexicanos y latinoamericanos no tienen capacidad, porque se necesita capacidad tecnológica y logística para “lavar” esa masa de efectivo, y ni de lejos la tienen.