COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
TRUMP SE COLOCÓ POR ENCIMA DEL ORDEN JURÍDICO
INTERNACIONAL: CASOS FRANJA DE GAZA Y SUDÁFRICA
Desde sus primeras declaraciones al inicio de su segundo período como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump mostró su propensión a violar el orden jurídico internacional, al anunciar que recuperaría el Canal de Panamá, convertiría a Canadá en el estado número 51 de su país y que expandiría el territorio estadounidense mediante el apoderamiento de Groenlandia por una operación de compra-venta a Dinamarca, a donde pertenece.
En esa misma línea de despropósitos le cambió el nombre al Golfo de México, por el del Golfo de Estados Unidos, aunque limitado a la franja que abarca la plataforma continental de la primera potencia del mundo. La falta de respeto a la soberanía de otras naciones es característica del comportamiento del multimillonario gobernante de los Estados Unidos, quien lejos de mesurarse, con el paso de los días parece más desquiciado, como si quiera destruir a su país y al orden mundial.
La aplicación de aranceles a mercancías exportadas por México y Canadá a Estados Unidos en abierta violación al acuerdo trilateral de América del Norte, identificado con las siglas de TEC-MEC forma parte del afán de Donald Trump de destrozar las reglas que rigen las relaciones entre las naciones independientes, soberanas y libres, para de esta forma convertirse en un peligro para la convivencia armónica de los países.
Cuando aún no cumple un mes al mando de la primera potencia militar, económica y tecnológica del mundo, el único presidente del planeta que asumió sus funciones con la etiqueta de delincuente reincidente y en varias modalidades, desde fraude por elevar artificialmente acciones de sus compañías, en perjuicio de los accionistas, hasta usar fondos de su campaña electoral para pagar soborno a una artista porno, mentir a autoridades, peligrosamente se arroga facultades mundiales.
Son los casos más recientes de la Franja de Gaza y las sanciones a Sudáfrica. En este último caso, por presuntamente estar en vigor de facto una política discriminatoria, pero contra la población blanca, por parte del Estado cuyos gobernados son mayoritariamente negros. Además, desde Estados Unidos, ubicado a miles de kilómetros condena la existencia en la Constitución sudafricana de la facultad del Estado de efectuar expropiaciones por causas de interés público.
Sostiene que es un arma establecida para arrebatarles sus tierras a la población blanca. Los analistas sostienen se trata de una acción intimidatoria y de represalia por la denuncia del gobierno de Sudáfrica ante la Corte Penal Internacional, por el genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad que comete Israel contra la población palestina que estaba asentada en su territorio, la Franja de Gaza, cuya pertenencia al pueblo masacrado no está a discusión.
En este caso, Donald Trump anunció que Estados Unidos se quedará con esa parte del territorio palestino, y que sus pueblos deben abandonar el lugar y buscar un lugar donde vivir, especialmente en países vecinos. Es decir, está decidiendo sin tener la más remota facultad para ello, el destino de un pueblo, al cual la ONU le garantizó al término de la Segunda Guerra Mundial un territorio y un Estado, que Israel no ha permitido que se consolide.
Cerca de 49 mil muertos, entre ellos, niñas, niños, adolescentes, mujeres y personas ancianas, han sido masacradas en la Franja de Gaza y sus viviendas e infraestructura para el desarrollo y servicios básico destruidas, y a pesar de eso, Trump agrega la amenaza de un “limpieza étnica”, en violación a todas las normas internacionales. Y ese es quien gobierna el vecino país, con el que tenemos 3 mil 180 kilómetros de fronteras.