*Ya no se efectuó la marcha al centro de la CDMX, y se retiraron los bloqueos en la ZMVM.
De la redacción
Después de cuatro horas de negociaciones con autoridades del Estado de México en la Secretaría de Gobernación, los transportistas de carga, de pasajero, taxistas y hasta gruyeros, suspendieron ayer los bloqueos de autopistas en la Zona Metropolitana del Valle de México, y desistieron de su intento de concentrar sus unidades en el centro de la capital del país.
A los bloqueos se sumaron dueños de barberías, “chelerías” y trabajadores de la salud. Los bloqueos carreteros perjudicaron a cientos de miles de personas, incluyendo a quienes transportaban a familiares enfermeros para su atención en la Ciudad de México. Los trabajadores de la salud demandaban el cumplimiento de compromisos firmados con el gobierno mexiquense, tanto de sueldos atrasados, como plazas y extendieron sus demandas a la entrega de medicamentos y materiales de curación.
Por su parte, los transportistas exigieron seguridad y fin a las extorsiones. Estas últimas, principalmente de las autoridades estatales, específicamente de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) y la Secretaría de Movilidad, cuyos elementos inventan delitos o infracciones para exigirles la entrega de fuertes sumas de dinero, según informó Jafet Zainz, uno de los dirigentes de las organizaciones de transportistas que efectuaron los bloques.
Los paristas y las autoridades mexiquenses acordaron efectuar mesas de diálogo para examinar los problemas y darle seguimiento al cumplimiento de las demandas de los transportistas y los sectores afectados por el “Operativo Atarraya”. Los trabajadores de salud tienen sus propias demandas y fueron quienes participaron activamente en el cierre de las casetas de cobro de las autopistas México-Querétaro y México-Pachuca.
Las diversas organizaciones de transportistas habían programado los bloqueos y marcha al ciento de la capital del país para exigir seguridad para desarrollar sus actividades y erradicar las extorsiones de la delincuencia organizada, frecuentes en las autopistas que cruzan el territorio del Estado de México.
No obstante, al final privilegiaron su reclamo de fin a las extorsiones de las autoridades, que según los paristas, son intolerables; sobre todo, porque basan la exigencia de dinero en delitos inventados y también en infracciones “fantasmas”, por parte de elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y de la Secretaría de Movilidad.
Las autoridades mexiquenses no han desmentido, ni fijado una posición frente a las denuncias de corrupción presentada por transportistas, duelos de barberias y “chelerías” (peluquerías y salones de estéticas), aunque los paristas dieron a conocer que existe el compromiso de investigar las extorsiones en cuestión.