*Han detenido y encontrado ejecutados a delincuentes con brazaletes electrónicos.
De la redacción
El 14 de este mes, el “Día de San Valentín” o “del Amor y la Amistad” tres personas fueron asaltadas en la esquina de las avenidas Morelos e Isabel la Católica, de la capital mexiquense. Dos delincuentes, de los conocidos como “motorratones”.
Las despojaron de sus pertenencias, pero la intervención oportuna de la Policía de Toluca y la participación de ciudadanos, permitieron capturar a uno de ellos, mientras el otro logró darse a la fuga.
Para cometer los asaltos a los transeúntes de transportaban en una motocicleta sin placas de circulación, presumiblemente robada, pero un aspecto llamó la atención de lo ocurrido en este hecho delictivo.
El detenido portaba un brazalete electrónico, lo cual indica se trata de un delincuente, liberado con medidas cautelares, como lo son los brazaletes, cuya finalidad es darle seguimiento a sus actividades cotidianas.
Son numerosos los excarcelados con esta medida cautelar que han sido capturados en flagrancia, inclusive las fuerzas de seguridad han localizado cuerpos de delincuentes ejecutados por bandas delictivas rivales, que habían dejado la prisión con este dispositivo electrónico.
Desde hace varios años las autoridades adoptaron esta modalidad para liberar de las cárceles a delincuentes de determinada característica. Y algunos de los brazaletes son rentados a empresas particulares.
En todos los casos, se supone que los excarcelados están controlados eficazmente en cuanto a sus actividades, pero casos como el ocurrido en Toluca prueban que dicho control y seguimiento es ineficaz e inútil, pues no detecta la reanudación de las actividades criminales de parte de los delincuentes liberados.
No registran sus correrías para asaltar, extorsionar y hasta asesinar, por ello y para efectos prácticos, el mecanismo que les da seguimiento resulta inútil y costoso, puesto que tampoco concreta el objetivo principal.
Se aprobó y diseñó esta modalidad de libertad anticipada con la finalidad de darles oportunidad a delincuentes que presuntamente no son peligrosos de que se rehabiliten o readapten socialmente.
En otras palabras, que se reinsertaran en la sociedad y superaran su condición de delincuentes, pero el incumplimiento de este objetivo, a juzgar por los numerosos casos de delincuentes con brazalete capturados cuando delinquen nuevamente, indica que el sistema es ineficaz y que los excarcelados optan por seguir cometiendo delitos en lugar de buscar borrar su pasado criminal.