*Joe Biden lo indujo a buscar su adhesión a la OTAN, e instalar armas nucleares contra Rusia
De la redacción
Donald Trump hizo a un lado al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, y lo calificó de dictador por ocupar el cargo después de terminar su período. Prescindió de él en las negociaciones para buscar el fin de la guerra que ese país sostiene contra Rusia, país el cual invadió el territorio ucraniano para impedir su ingreso al Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Por si eso fuera poco, el esquizofrénico y arbitrario mandatario estadounidense le reclamó el pago de 350 mil millones de dólares, prestados para financiar su guerra antirusa, que hoy cumple tres años, sin posibilidad alguna de que el gobierno de Zelensky pueda derrotar al enemigo y fortalecerse.
Además, Trump lo amenazó con cobrarse con los recursos naturales no renovables que Ucrania posee, entre ellos metales de alto precio y valor estratégico, en una situación que coloca al gobernante ucraniano en la indefensión, pues aun cuando tiene el respaldo de países de la Unión Europea, estos no pueden suplir el apoyo estadounidense.
El mandatario de Estados Unidos, adicionalmente, le hace a su homólogo ucraniano las cuentas del gran capitán, porque los 350 mil millones de dólares que dice le prestó su antecesor Joe Biden generaron ya intereses por 150 mil millones de dólares, para elevar la deuda hasta los 500 mil millones de dólares, lejos de cualquier posibilidad de que Zelensky pueda pagar.
En este caso Estados Unidos probó una vez más que coloca por encima de todos sus intereses económicos, geopolíticos y geoestratégico, y abandona y hasta ataca a quienes en un momento son sus aliados, puestos a su servicio, sean gobiernos, jefes de Estado o personajes con liderazgos.
Así ocurrió con Irak, Afganistán y Panamá; con el hombre fuerte panameño, Manuel Antonio Noriega y saudita Osama Bin Laden y el irakí Sadam Hussein. Los primeros prestaron valiosos servicios a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y cuando ya no le fueronn útiles a sus intereses, los destruyó.
Ahora le tocó el turno a Zelensky, quien fue descalificado como mandatario ucraniano, por no haber efectuado elecciones al terminar su período, pero la verdadera razón es que estorba para el entendimiento de Donald Trump con Vladimir Putin, presidente de Rusia, con quien el estadounidense negocia el fin de la invasión.
Joe Biden buscó el ingreso de Ucrania a la OTAN, lo cual de haberse concretado le hubiese permitido a Estados Unidos instalar armamento nuclear en Ucrania, a pocos metros de la frontera con Rusia, lo que ésta no estuvo dispuesta a consentir, por los riesgos para su seguridad nacional e interior, y para impedirlo invadió a Ucrania hace 3 años, justamente un 24 de febrero.
Estados Unidos ha promovido y financiado golpes de Estado en países ubicados a miles de kilómetro de su frontera, con el argumento de que representan amenazas para su seguridad nacional, como es el caso de Sudáfrica, a quien con este argumento no le permite concretar su reforma agraria, cuyo proceso se acerca a los 30 años, a pesar de que, como aquí se destacó, Washington está a más de 13 mil 700 kilómetros de Ciudad del Cabo, una de las tres capitales sudafricanas.
En esta línea de comportamiento, Volodimir Zelensky cayó en desgracia y ahora debe pagar con recursos naturales no renovables los 500 mil millones que le exige Donald Trump. Y no tiene dinero, por lo que el multimillonarios y ultraderechista se quedará con la riqueza no renovable ucraniana.
Estados Unidos, durante el gobierno de Joe Biden, encandiló al ahora espurio gobernante y neofascista para que gestionara el ingreso de ese país a la OTAN, organización militar multinacional liderada por las fuerzas militares estadounidense, y que responde a sus intereses geoestratégicos. No consiguió la adhesión buscada, pero Ucrania fue invadida y ahora Trump lo hizo a un lado y perderá sus recursos estratégicos, además de los daños en vida y destrucción ocasionados por la invasión rusa. Todo por nada, después del sufrimiento de la población ucraniana.
