COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
MORENA NO FORMÓ CUADROS PARA GOBERNAR, NI
IMPULSÓ NUEVOS LIDERAZGOS EN ESTADO DE MÉXICO
El Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) constituyó un fenómeno político y electoral por su rápida expansión en el territorio nacional, sin precedente en la historia. En sólo 4 años ganó la presidencia de la República, logro no alcanzado por ninguna otra organización política en el país.
En cambio el Partido Revolucionario Institucional (PRI), con su antecedente más remoto, el Partido Nacional Revolucionario (PNR), nació en el poder; no fue fundado para conquistarlo, ni siquiera para conservarlo, sino para repartirse los espacios de poder entre las facciones revolucionarias triunfantes y evitar los choques violentos.
Por su parte Acción Nacional (PAN), como cualquier persona medianamente enterada lo sabe, fue creado para oponerse a la política nacionalista y revolucionaria del presidente Lázaro Cárdenas, y mantuvo esa posición hasta 1988, cuando se entregó a Carlos Salinas de Gortari, aunque siempre con la bandera de verdadera oposición.
El panismo conquistó la presidencia de la República 61 años después de su fundación, pero Francisco Labastida Ochoa, derrotado candidato presidencial del PRI en el año 2000, generó polémica al sostener que esa transición partidista en el mando del país en realidad fue pactada por Ernesto Zedillo y Estados Unidos.
Morena en pocos años concitó entusiasmo y apoyo masivo a sus objetivos de lucha, especialmente en el Estado de México. 36 meses después de fundado, estuvo a punto de ganar la gubernatura mexiquense, y hay muchas personas convencidas de que en el año 2017 su candidata Delfina Gómez Álvarez derrotó al priista Alfredo del Mazo Maza, pero maniobras antidemocráticas le permitieron triunfar a éste.
Consiguió la victoria en forma amplia 6 años después, en 2023, pero a diferencia de lo que ocurrió a escala nacional en 2018, el Movimiento de Regeneración Nacional no formó cuadros altamente calificados para gobernar, y la experiencia indica que tampoco construyó nuevos liderazgo, eficaces, con arraigo popular, honestos y reñidos con esa concepción patrimonialista que caracteriza a sus viejos dirigentes.
La falta de formación de cuadros explica que la administración pública estatal no haya ofrecido los resultados necesarios en materia de infraestructura para el desarrollo y los servicios públicos básicos, aunque funcionan bien los programas sociales y la gobernadora Delfina Gómez Álvarez tiene mucha cercanía con el pueblo y sus electores.
Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia de la República con cuadros administrativos y políticos. Lo mismo hizo la mandataria Claudia Sheinbaum Pardo, y ambos ofrecieron y ofrece ésta última buenos resultados, lo cual se traduce en un mayor respaldo popular en las urnas, a pesar de la oposición mediática.
Como partido, Morena esté desaparecido en el Estado de México. Nada se sabe de lo que hace o dice su dirigencia, como si no fuera el partido en el poder; es decir, sigue la falta de trabajo, organizativo y de vinculación con la sociedad, sello característico de su vieja dirigencia en los últimos 11 años, especialista en el control partidista, de las candidaturas y cargos públicos en beneficio propio y de grupo, aprovechados de la enorme popularidad que tienen los objetivos estratégicos de la organización que apenas rebasó los 10 años de fundada.