BAJOS SALARIOS E INFORMALIDAD, PROBLEMAS
DE PERIODISTAS LOCALES, Y NO IMPORTA AL GEM
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Con mucha frecuencia escuchamos en ruedas de prensa o en grupos que muchas y muchos se presentan como “periodistas independientes”. Suena bonita la definición, pero puede llevar a no entender de lo que se trata; sobre todo, porque el concepto “periodista independiente” se asocia con quienes ejercen la actividad por su cuenta y venden sus reportajes, crónicas, información y análisis a los grandes medios informativos que les pagan mucho.
En México y específicamente en el Estado de México ser periodista independiente significa el desarrollo del periodismo, bueno o malo, en condiciones de informalidad, porque se está excluido del régimen de seguridad social, sin ingresos fijos, sin derecho al salario mínimo profesional de los reporteros y fotógrafos (18 mil 600 pesos mensuales), sin vacaciones, ni aguinaldo, y sin posibilidades de generar condiciones para una pensión cuando llegue la edad de dejar de laborar.
Estos son casos y ejemplos acabados de la informalidad, que las autoridades no pueden resolver, dado que no hay violaciones a las leyes laborales. Los periodistas independientes no pueden ser auxiliados por las instituciones en cuento a sus condiciones de ingresos y protección social.
No obstante, la informalidad mayor ocurre en los medios informativos que operan en la economía formal, que no cumplen con su obligación de cubrir al menos el salario mínimo profesional y otorgarle a sus periodistas seguridad social, en abierta violación de la legislación del trabajo.
En estos casos el gobierno estatal, a través de las autoridades laborales está obligado a actuar y hacer que se cumpla al ciento por ciento la Ley Federal del Trabajo, pero no lo hacen. No cumplen con sus responsabilidades de aplicar el Estado de Derecho, y prefieren proteger a las empresas dueñas de los medios informativos y abandonar a los trabajadores de la información.
Contribuye a la inobservancia de la legislación del trabajo la incapacidad del mercado laboral de los periodistas para absorber la demanda de empleo, por lo que en estas condiciones los reporteros y fotógrafos se ven obligados a aceptar condiciones laborales inferiores a las mínimas que garantiza la Ley Federal del Trabajo. No les queda otra opción más laborar en la informalidad, dentro de la economía formal.
O denuncia las violaciones a sus derechos de trabajadores, por temor a perder el empleo precario, y las autoridades estatales, específicamente las laborales, jamás efectúan inspecciones a las empresas para proteger a los periodistas y lograr que cobren lo que señala la ley y les otorguen seguridad social.
A diferencia de los autollamados periodistas independientes, donde nada pueden hacer las autoridades, en los casos de los reporteros y fotógrafos de los medios informativos de la economía formal el problema no se resuelve por la omisión de responsabilidades del gobierno, cuyo comportamiento es el desinterés por hacerle justicia a los periodistas.